Guillermo Francos fue convocado a presentar un informe de gestión a la Cámara de Diputados de la Nación. En este contexto el Jefe de Gabinete confirmó que la nómina de empleados de la Secretaría de Comunicación y Medios subió de 208 a 248 empleados, donde emplea a gente tal como el troll de internet Juan Pablo Carreira, mejor conocido como Juan Doe en la red social Twitter/X.
Además de esto el informe demostró que la secretaría tendrá un presupuesto de 25.000 millones de pesos, que sumados a los créditos de la disuelta secretaría de prensa suma un total de 30.000 millones de pesos a disposición de este despilfarro de gasto público.
Pero siempre es mejor poner los números en contexto. Si la secretaría de Adorni fuera una empresa, pasaría directamente a ser Mediana Empresa, ni micro ni pequeña. ¿Son realmente necesarios 9 diseñadores? ¿O 52 asesores? Sin buscar desmerecer a los muchos empleados que deben ir y hacer su trabajo, es imposible no tener la duda de si esto es un entramado de corrupción o, lo que sería aún peor, un estado totalmente ineficiente que desperdicia los recursos de los argentinos.
Eso sin hablar del presupuesto en sí, que alcanzaría para pagar más de 1.000 jubilaciones mínimas con bono con solo el 15% de la caja de la secretaría. A menos que sobre una cantidad enorme de fondos, no es raro imaginar que este dinero que aportamos todos los habitantes de este país va a ir a parar a la campaña electoral de La Libertad Avanza.
El gobierno que se presentó como desregulador y liberal terminó convertido en un sumidero de fondos públicos respaldados por la toma de deuda. Un sistema ineficiente que nos hace perder tiempo, dinero y recursos a mansalva por algo tan a corto plazo como evitar un estallido antes de las elecciones en octubre.
Este entramado de ineficiencia y corrupción no es más que la expresión actual de un sistema capitalista que exige ajustes cada vez más fuertes con una regularidad cada vez mayor, que intenta postergar inevitablemente con una quema de recursos públicos que solo va a llevar a un golpe muchísimo más fuerte cuando el sistema colapse.