En las últimas semanas la empresa estadounidense General Motors empezó a ofrecer retiros voluntarios a sus empleados de la planta Alvear de Rosario. Aplican su plan de ajuste dejando a 300 trabajadores en la calle.
Estos despidos masivos son fruto de una caída en la producción en el sector, ya que la planta produce un poco más que la mitad de su capacidad habitual.
Cabe destacar las facilidades que tienen estas empresas en la Argentina, ya que debido a la cantidad y valor de los bienes que importan y exportan disfrutan de un tipo de cambio diferencial, exenciones impositivas y diálogo directo con gobiernos provinciales y nacionales.
El gremio SMATA no se pronunció al respecto. Es necesario que tomen medidas de fuerza frente al indignante hecho de que la mitad de la planta haya sido despedida.
En el caso de la fábrica de Toyota ubicada en Zárate, despidieron a 20 empleados, pero sectores del gremio afirman que la caída en la producción llevaría a un recorte de 200 empleados más. Esto sumado a la política de retiros voluntarios que todas estas empresas están llevando a cabo.
El caso de Nissan
En cuanto a la firma japonesa Nissan, existe mucha más duda al respecto, pero se tiene seguridad de un impacto fuertísimo en este año.
Aún no hay despedidos, aunque casi la totalidad de sus empleados están suspendidos, al rededor de 120. Sumado a esto cabe destacar que en el mismo complejo fabril está ubicada la empresa Maxion Montich, que produce los chásis de la pick up Frontier de Nissan.
Esto es preocupante porque ya hay confirmación tanto empresarial como gremial de que se dejará de producir el modelo en Argentina, y empezarán a importarse desde México. Esto dejaría en la calle no solo a los 180 empleados de la línea de producción de Nissan sino a los 450 empleados de Maxion Montich dedicados exclusivamente a la producción de chasis para esta empresa.
Estamos hablando de un mínimo de 630 familias que perderían su fuente de ingresos.
Maxion Montich tiene otros 450 empleados que se dedican a otras actividades, que podrían también quedar en la calle si la empresa quiebra luego de perder a su mayor comprador —hay que tener en cuenta que esta fábrica ya se declaró en «Procedimiento Preventivo de Crisis» aunque Nissan siga trabajando en Argentina—.
Nissan tiene un convenio con Renault en el que comparten la planta, por lo que además de los 180 empleados de Nissan, hay 420 empleados de Renault. Lo preocupante es que el acuerdo entre estas dos empresas vencería en octubre de este año, lo que obligaría a Renault a buscar otro financista. Teniendo en cuenta la crisis del complejo fabril automotor, es muy probable que no lo consiga y tenga que llevar a cabo también recortes.
Desde Agitación nos solidarizamos con los trabajadores despedidos y con los que de un día para el otro podrían serlo —como ya ha sucedido en innumerables ocasiones—. Llamamos al gremio SMATA a tomar medidas al respecto, aunque sabemos que poco se puede esperar de un sindicato burócrata que hace ya décadas que tiene más relación con las patronales que con sus propios afiliados.