Comunidad y Teoría del acontecimiento

17.12.2024

  1. La izquierda, entendida como un campo amplio de ideologías. tiene valores propios, que se enarbolan desde un origen crítico en dirección a un futuro revolucionario.

 

Entre estos valores que campean en la izquierda se encuentra el de comunidad. Entiendo a la comunidad como el conjunto de relaciones intersubjetivas en una sociedad. Este valor vio un decrecimiento porque hoy son menos las relaciones intersubjetivas que se tejen en un determinado territorio o espacio (véase la proliferación de edificios de varios pisos donde los vecinos no se conocen más que de cara a pesar de la cercanía). Como individuos militantes por un futuro de izquierda podemos militar la comunidad a ciegas y, como yo, proponer una producción de comunidad del y desde el arte. Pero en este momento, donde todo tambalea, tenemos que tomarnos el tiempo de revisar ciertos conceptos para revitalizarlos y hacerlos base de un nuevo camino.

 

  1. ¿Por qué la comunidad y no el individuo? Esa sería la pregunta de alguien no iniciado en el debate político profundo. Más aún con un presidente que reivindica un modelo de político como el anarcocapitalismo, el cual entrecruza la cúspide del pensamiento moderno respecto a las potencialidades de los individuos libres en una comunidad sólida y cooperativa, con una logia ce de acumulacion y concentración la cual llegó hace tiempo a su límite.

 

La izquierda no inhabilita el concepto de individuo, libertad o independencia. De hecho, en eso se basa el concepto principal, el de comunidad. La comunidad no nace si no del placer individual de los sujetos. Solamente si el sujeto siente placer, está en condiciones de entablar una relación intersubjetiva de calidad, capaz de enlazarse con otra relación intersubjetiva. Relaciones existen sí o sí, pero en la comunidad solo el sujeto puede sentir placer. Por eso la comunidad resulta un valor más sano que la sociedad de individuos que propone el tardocapitalismo: una comunidad implica el placer de quienes la conforman. La sociedad de individuos, en cambio, requiere de la funcionalidad de individuos de-subjetivados conforme al ordenamiento del rendimiento. En una comunidad las relaciones son intersubjetivas y virtuosas. En una sociedad de individuos, las relaciones son útiles.

 

Lo que viven la gran mayoría de sociedades occidentales es una sociedad de individuos, cuyos participantes se relacionan entre sí no porque sienten placer, si no porque sienten necesidad. La comunidad no es una causa, es una consecuencia. Y si no sienten placer los sujetos, es porque algo en el orden capitalista dejó de funcionar para la realización de los seres humanos y se autonomizó de la especie que lo dio a luz.

 

  1. ¿Cómo hacer comunidad? Es fácil, pero los problemas principales son la falta de voluntad política, y la falta de seriedad con la que se aborda el placer como herramienta de transformación social. Actualmente, no se entiende al placer así. Si entendemos a la comunidad como una interrelación de relaciones intersubjetivas y virtuosas, basadas en el placer individual de los sujetos, la forma de hacer comunidad es ofrecer placer a los sujetos para habilitarlos a entablar relaciones desde la ternura, la solidaridad, el apoyo mutuo y la cooperación (otra serie de valores que contribuyen dialécticamente al placer)

 

El arte tiene la capacidad de generar placer en los individuos, porque involucran tanto su producción como su recepción el juego y la imaginación (cf. Estética Erótica). Ahora bien ¿Qué debemos ofrecer? ¿Un libro? ¿Una canción? ¿una partitura? Crear productos artísticos con un contenido revolucionario o comunitario es inutil porque ya existen y se crearon hace bastante tiempo y se seguirán creando, pues está en la naturaleza humana interrumpida por los procesos del capital. Debemos ofrecer algo más que los objetos: debemos ofrecer acontecimientos artísticos.

 

¿A qué me refiero con la palabra acontecimiento? En primer lugar, a un ser vivo, en tanto que no perdura materialmente. Los recitales y conciertos de poesía, los festivales, etc. son acontecimientos, porque tienen inicio y final. Pero a nivel más profundo, los acontecimientos artísticos son realizaciones puras de la comunidad. Mientras más espontáneo sea el acontecimiento, más comunitaria es la sociedad donde se produce. 

 

La revolución del arte implica profundizar aquellas prácticas que cumplan con dos requisitos: La manifestación al exterior que hace un cuerpo con sus capacidades físicas, y un cuerpo Otro que pueda recibir esa manifestación. Un vivo de instagram implica un Otro pero no con el cuerpo en presencia. Recitar un poema a solas implica la manifestación al exterior de un cuerpo pero no hay un Otro. Un recital de poesía es un acontecimiento en tanto tiene inicio, tiene final, implica la manifestación hacia el exterior de un cuerpo y está la presencia receptora de otro cuerpo. Y el arte es el componente fundamental de ese acontecimiento.

 

  1. Una forma de hacer más revolucionario el acontecimiento del recital de poesía es sacarlo de lo cerrado: hacerlo en el ámbito público. En mi experiencia de llevar a cabo este cometido, inicié la agrupación R.A.P, Revolución.Acción.Poesía. Nos subíamos a los colectivos a recitar poemas, tras una breve introducción donde, a modo de manifiesto, dejábamos caer la idea de que la cultura estaba en peligro. Tras la intervención, repartíamos a modo de volante los poemas leídos. Un día, tres niños pidieron un poema para llevarse. Eligieron el más corto de los tres que les dimos a elegir. 

 

Llevar la lectura de poesía al ámbito público (una peatonal, un colectivo, una plaza, etc.) acerca, con cierta violencia pero también con cierta ternura, una práctica humana y placentera a individuos que no pueden desarrollar un mundo interior por ser presas de la cárcel el rendimiento y entretenimientos pasajeros. Los tres chicos que recibieron el volante, tal vez, solo tal vez, si no era por nosotros, jamás hubieran descubierto las mieles de Alfonsina Storni o de Cortázar. Tal vez no la comprendan, pero sí que entenderán que otra cosa diferente a lo que tienen es posible, y que es posible solo en comunidad.

 

Epílogo. Es probable que este ensayo tenga errores de concepto o de observación. Es posible, además, que siendo correctos los conceptos y las observaciones, no lo sean así las soluciones y sus teorías correspondientes. Todo eso da igual, porque nunca será una sola la respuesta ni uno solo el problema ¿Donde radica el gesto político de estos ensayos? No tanto en su producción y hechura (la teoría literaria será política cuando se haga en un acontecimiento), si no en plantear un debate dentro de la izquierda. Habrá quienes no coincidan en que el placer pueda llegar a ser considerado una herramienta de transformación social, pero no sabremos nunca si no se abre la jugada. 

 

A la izquierda le llegó la hora de hacer la revolución con un colectivo heterogéneo a la cabeza, con sus variados dioses y demonios, pero con la unánime actitud de construir la comunidad, con la solidaridad que caracteriza a nuestro futuro en construcción. 

 

Debatir todo y con todos, con argumentos y experiencias, hipótesis e ideas, desburocratiza la práctica política. De qué sirve predicar a Marx si el obrero pobre está contento porque Milei bajó la inflación. 

 

Si la revolución se hace desde abajo, desde abajo surgirán los debates intelectuales que lleven de la praxis al conocimiento y del conocimiento a la praxis, tal como Lenin lo planteaba.