En esta década, el movimiento feminista argentino logró conquistas históricas, fruto de una movilización constante y transversal. Este movimiento supo conquistar con su lucha la Ley 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y Atención Postaborto, sancionada en 2020, que legalizó el aborto seguro y gratuito, representando un hito fundamental para la autonomía reproductiva. También, la Ley Micaela (Ley 27.499) de 2018, que estableció la capacitación obligatoria en perspectiva de género para toda la función pública, para poner sobre la mesa la violencia institucional ejercida desde el Estado. Además, la Ley Brisa (Ley 27.452) de 2018, que garantiza una reparación económica para hijos e hijas de víctimas de femicidios.
El propio surgimiento del “Ni Una Menos” en 2015 logró una visibilización inédita de las violencias patriarcales, impulsando un debate público que no se agota y conquistando algunos cambios culturales. Si bien quedan innumerables cosas por hacer, nuestra consigna se hizo eco en amplios sectores de nuestra sociedad -nunca antes interpelados por el feminismo- llegando a convertir nuestro pañuelo verde en un símbolo de lucha global. Múltiples luchas latinoamericanas y del resto del mundo se inspiraron y tomaron aliento de nuestro movimiento.
| Desmantelamiento y negacionismo
Sin embargo, el Gobierno de Milei ha puesto en cuestión los derechos y los avances logrados. Mediante el ajuste y eliminación de políticas públicas llevan adelante un desmantelamiento con recortes en programas clave como ACOMPAÑAR, la Línea 144 de atención a víctimas de violencia de género, y programas de rescate de víctimas de trata. La disolución del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad -más allá de las críticas que tengamos porque funcionaba de manera insuficiente- eliminó un organismo para la implementación de políticas con perspectiva de género, eliminando así la posibilidad de obtener presupuesto específico para las mismas. Además, el derecho al aborto legal, aunque está vigente, enfrenta trabas para el acceso y estigmatización a quienes desea ejercer el derecho. A su vez, el presidente ha expresado su intención de eliminar la figura del femicidio del Código Penal, lo que implicaría un grave retroceso en el reconocimiento de la especificidad de la violencia de género. Los discursos de odio contra las disidencias sexuales y el negacionismo de la violencia machista también son una constante.
| Un femicidio cada 24 horas
Lo que nuestra lucha y algunas políticas públicas de prevención y sanción habían hecho retroceder, resulta hoy en un recrudecimiento de la violencia extrema. Según el Observatorio Lucía Pérez, en lo que va del año 2025, se han contabilizado 102 femicidios hasta el 9 de mayo, lo que representa “casi uno por día”.
Dicho sea de paso, que enfrentamos la falta de una metodología clara y fuentes fiables en los datos gubernamentales.
| Unir las luchas es la tarea
La decisión de marchar este 4 de junio, un miércoles, tiene que ver con la necesidad de unir las luchas de todos los afectados por el Gobierno de ajuste y crueldad. El movimiento transfeminista une fuerzas con jubilades, trabajadores del Hospital Garrahan, investigadores del CONICET, migrantes, quienes luchan por una ley de emergencia en discapacidad, trabajadores del arte, inquilines, niñeces, trabajadores despedides, comunidades indígenas y más.
| Un grito unificado
La unidad en la calle y en la lucha se hace imprescindible en defensa de jubilades que protestan contra el recorte a las jubilaciones, la quita de medicamentos y la represión a la protesta. De sus bolsillos sale el tan aclamado déficit fiscal cero que celebra el Gobierno pero que ni siquiera es real. Además, las medidas provisionales implementadas dejan a miles de mujeres sin poder acceder a la jubilación. Por su parte, los movimientos transfeministas continúan su lucha fundamental por los derechos de las mujeres, lesbianas, gays, travestis, trans, no binaries, queer, bisexuales y más denunciando la violencia machista que crece de la mano de la invisibilización, la falta de políticas públicas de prevención y erradicación, y el aliento de los mismos gobernantes que incitan a la violencia.
Les trabajadores del CONICET denuncian recortes presupuestarios significativos a la investigación científica que resulta en el desmantelamiento del sistema nacional de ciencia y tecnología. Ya se avizora fuga de cerebros y la falta de becas y el cierre de ingresos a carrera dejan a miles sin trabajo. Por otro lado, trabajadores de la Salud del Hospital Garrahan demandan mejoras de salarios y de las condiciones laborales. La situación es crítica, en este sector también enfrentan fuga de trabajadores que se van del sistema público buscando condiciones laborales dignas.
El bloque migrante se opone a las reformas en el régimen migratorio que les exponen a mayor vulnerabilidad y discriminación. Las personas con discapacidad, sus familias y les trabajadores prestadores de servicios reclaman por una ley de emergencia en discapacidad, denuncian incumplimiento en los pagos y abandono estatal. Múltiples sectores en todo el país confluirán este miércoles en la marcha de jubilades contra el intento de anular el derecho a huelga y de protesta. Debemos unir las luchas en un solo grito.