Desde que asumió el Gobierno de La Libertad Avanza su motosierra pasó por cada lugar del Estado. El desguace del Hospital Garrahan y el Bonaparte, el ataque a las personas con discapacidad, la quita de remedios oncológicos y de PAMI, la represión a jubilades, los despidos a trabajadores estatales en áreas de desarrollo social, el desfinanciamiento a programas de género y ESI, son algunas muestras de la retirada de las políticas públicas de protección de la ciudadanía y de ataque a los derechos conquistados. Para otra nota quedará el análisis sobre las condiciones en las que se encontraban estas políticas y que permitieron que hoy puedan ser casi desechadas por este Gobierno.
| Una política de la crueldad
Su filosofía de extremo individualismo lleva a Diego Spagnuolo, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), a decirle a una mamá de un nene autista que si tiene un hijo con discapacidad es problema de su familia y no del Estado. Esta respuesta violenta no solo a quienes tuvieron que oírla, si no que también viola los tratados internacionales, como la Carta de Derechos Humanos de Personas con Discapacidad, en los cuales Argentina se compromete a eliminar las barreras discapacitantes para que las personas con discapacidad puedan participar en la vida social con igualdad y sin sufrir discriminaciones.
Las familias y personas con discapacidades se encuentran en lucha por una Ley de Emergencia en Discapacidad debido a la falta de pago a prestadores, la paralización de servicios esenciales y la necesidad de apoyos económicos. Estas familias invierten gran parte de su tiempo en consultorios médicos, muchas veces no pueden trabajar formalmente, por lo que se enfrentan a trabajos precarios y mal pagos, gastan dinerales en medicamentos, terapias y artefactos como sillas de ruedas, bastones o elementos para adaptar sus casas. Realmente sin colaboración se hace imposible afrontar la cantidad de tareas y dinero por su cuenta, sumado al desgaste que les producen las trabas de un sistema que funciona mal, por colapso y por burocracia y que les exige permanentemente estar demostrando que sus discapacidades existen.
| Garrahan en lucha
Hoy movilizan nuevamente les trabajadores del Hospital Pediátrico Garrahan, en reclamo por sus magros salarios y sus condiciones laborales. Como si la situación económica de crisis no fuera obvia, estes trabajadores han dedicado semanas a demostrar la excelencia del derecho que garantizan. Les trabajadores estatales, en general, se ven obligades a defender sus labores y recordarle a la sociedad y los gobiernos porqué es importante su labor.
| Salud en lucha
Tanto les médiques del Garrahan como del Hospital Laura Bonaparte, llevan meses de lucha pidiendo aumentos, frenar los despidos y la fuga de profesionales que se van en búsqueda de mejores condiciones, y hasta reincorporar despedides. Así como es el caso de la Universidad Pública y el CONICET, el Gobierno de Milei ataca estas instituciones que brindan servicios de gran calidad para vaciarlas. Es conocida esa estrategia neoliberal de desguace de las instituciones estatales que en cuanto comienzan a funcionar mal es más sencillo cerrarlas o privatizarlas.
| Políticas de la crueldad
La quita de presupuesto a los hospitalesy programasestatales va atada al descuido de les que cuidan. Estas políticas de desfinanciamiento terminan siendo políticas de la crueldad, pues no se trata meramentede unacuestión de salarios y condiciones laborales, porquedescuidar a les que cuidan termina por quitarle un derecho de calidad a la población. No es contra la casta, como le gusta a este Gobierno llamar a les trabajadores estatales. El ataque es contra neurodivergentes, infancias y discas, un excedente del que están dispuestos a prescindir.
| Clase excedente
Están sentenciando que quienes no forman parte del grueso del sector económicamente activo queden afuera. Propugnan un modelo en el cual viejos, locos, niños, enfermos, discas, personas violentadas y todo aquél que no sea productivo, sobra. Sin embargo, bien sabemos que en Argentina nadie vive de un plan o una pensión sin trabajar. Todes hemos visto infancias trabajando. Nadie vive sin trabajar. Una política de la crueldad es aquella que no permite el descanso ni la enfermedad, que intenta eliminar la pérdida a punto tal que no le interesa si con ello elimina las vidas de quienes necesitan los cuidados. Otra política de la crueldad es aquella que acepta todo lo anterior con resignación.