El primer mes de la revolución fue de inestabilidad y un creciente descontento. Los distintos sectores que habían llegado al poder no podían acordar un programa —sobre todo en cuanto a política social—, con una crisis interna cada vez más cerca de estallar. Es en este contexto que miembros del M-26-7 acudieron a Fidel Castro, que se reunió con ellos para determinar una resolución.
Si bien los militantes esperaban represalias duras —ya que algunos formaban parte del Consejo de Ministros—, solo se los llamó a discutir de forma colectiva las medidas que tomarían. Él no tenía la idea de dirigir el gobierno, pues prefería mantenerse al margen como mera imagen de fiscalizador. A pesar de esto la situación lo llevó a tomar las riendas, frente al inminente desgobierno.
Fidel puso la necesidad de tener control directo de la política general, cosa en la que coincidieron tanto el entonces presidente Urrutia y el Primer Ministro Miró Cardona, ya que compartían el diagnóstico de desgobierno y veían en Castro un líder fuerte. Esto terminó en una reforma constitucional que dio al cargo de Primer Ministro el poder de representar la política general del Gobierno.
El día 13 de febrero renunció el presidente Urrutia, acompañado de todo su gabinete y afirmando que el doctor Fidel Castro Ruz era el indicado para llevar las riendas del país. En la misma sesión renunció el Primer Ministro Miró Cardona, quien firmó junto al Presidente un decreto que le entregó el control de las FFAA y el Gobierno a Fidel —el cual transfirió el poder militar a Raúl Castro—.
Igualmente, no hubo asunción oficial hasta el 16 de febrero, en el que se da una conocida discusión entre Miró y Castro. El primero le aconseja quitarse el uniforme por la mala imagen de los gobiernos militares en América Latina. Fidel replicó que en Cuba el uniforme y la barba significan Sierra Maestra y la Revolución, reivindicando los íconos revolucionarios.
En su ceremonia de asunción Fidel dio un discurso que apeló a obreros y campesinos, anunciando una reforma agraria y con un programa de gobierno mucho más revolucionario que el originalmente planteado en Sierra Maestra. Además planteó que el gobierno sería dirigido por revolucionarios, y no por burócratas que se hayan unido al gobierno solo cuando vieron inminente la caída de Batista.
Luego de esto se dio una sesión del Consejo de Ministros muy ardua en la que se definió el rumbo de la revolución, con un fuerte saneamiento fiscal y administrativo, una fuerte reivindicación de las fuerzas armadas revolucionarias y un paquete de medidas a favor de trabajadores, campesinos y estudiantes.
Recordamos al compañero Fidel Castro Ruz que no solo dio todo de sí por la revolución sino que también tomó las riendas en una situación crítica para dirigirla, ganándose el respeto tanto de su pueblo como de todos los hombres del mundo que ansiamos la liberación socialista.
«La Revolución tiene obstáculos delante, no puede hacer las cosas a la perfección, tiene sus errores; pero la Revolución tiene un perenne propósito de superarse, de rectificar en aquellas cosas en que no haya estado acertada. Lo que no hará jamás la Revolución es contemporizar con una negación de los principios por los cuales hemos estado luchando»
Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de su toma de posesión como Primer Ministro, efectuado en el Palacio Presidencial, el 16 de febrero de 1959