Un triunfo clave de los trabajadores del Hospital Garrahan

Después de meses de conflicto, los trabajadores del Hospital Garrahan conquistaron un triunfo que ya es considerado histórico en el ámbito de la salud pública. Con organización sostenida, paros, asambleas y movilizaciones, lograron un aumento superior al 60% en la asignación básica y forzaron al Gobierno de Javier Milei a implementar la Ley de Emergencia Pediátrica, inicialmente vetada.

Nada fue producto de la buena voluntad oficial. El aumento salarial y la aplicación de la ley fueron arrancados en la calle, con una estrategia colectiva que resistió descuentos, amenazas y deslegitimaciones. Cada paso fue decidido en asambleas, y la unidad del personal médico, técnico y administrativo fue clave para sostener la pelea. “Fue la organización desde abajo la que hizo posible el triunfo”, coinciden los delegados.

 

El reclamo del Garrahan trascendió las paredes del hospital. Jubilados, estudiantes, artistas, docentes, científicos y trabajadores de otros sectores se sumaron a las marchas, convirtiendo la defensa de la salud pública en una causa compartida. El acompañamiento de las y los diputados del bloque completo del Frente de Izquierda, algunos de Unión por la Patria y de figuras públicas multiplicó la visibilidad de una lucha que se negaba a ser silenciada.

 

Frente al intento oficial de ignorar el conflicto, la constancia de las medidas de fuerza logró que el tema se instalara en los medios. La presión social obligó al Gobierno a sentarse a negociar y reconocer la legitimidad del reclamo. La experiencia demostró que, cuando los trabajadores se organizan, pueden imponer sus demandas incluso en contextos adversos.

 

Ni el presidente Milei ni la dirección del hospital, encabezada por Carlos Kambourian, pudieron frenar el movimiento. Los descuentos y las sanciones no quebraron la unidad. Finalmente, el Ejecutivo se vio forzado a aplicar la Ley de Emergencia Pediátrica, habilitando fondos y recursos que antes había bloqueado.

 

Es importante mencionar que los dos gremios mayoritarios del hospital Agypt y ATE son conducidos por partidos de izquierda. Es por ello que han adoptado medidas combativas, donde todas las decisiones se realizan mediante asambleas democráticas. Esto no es lo que ocurre en gremios como ATE Nacional o UOM, por dar algunos ejemplos de conducciones con liderazgo de Fuerza Patria y el peronismo que dejan pasar despidos y salarios de miseria mirando para otro lado, y hasta culpando a sus propios afiliadxs.

 

Por todo esto, el caso Garrahan se convirtió en un símbolo de resistencia frente al ajuste. Su ejemplo reaviva la discusión sobre el rol de los gremios peronistas y la CGT en la necesidad de un plan de lucha nacional por la salud pública. Más allá del aumento salarial, lo que quedó demostrado es que los derechos se conquistan con organización y lucha. El mensaje que dejaron los trabajadores es contundente: la salud no se negocia, se defiende en la calle.