A 94 años del nacimiento del Gringo Agustín Tosco, su ejemplo hoy es imprescindible. Tosco y el Cordobazo son sinónimos; son parte de un mismo vocablo.
- por Prometeo.
Como muchos sabrán, el Gringo fue Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza. A los 19 años entró a trabajar en la Empresa Provincial de Energía Eléctrica de Córdoba. Un año después ya era delegado y a sus tan sólo 23 ya estaba en la Comisión Directiva.
Tosco conoció la cárcel en diversas oportunidades. En 1956 el régimen de Aramburu lo arrestó luego del acto que encabezó el 1° de mayo. Tras la represión del Cordobazo en 1969 volvió a caer detenido y, esta vez, fue trasladado al penal de Rawson. Su carácter revolucionario, antiburocrático, antiimperialista y profundamente socialista lo llevó a estar presente en cada una de las luchas populares de su época ya sea desde un salario digno, mejoramiento de las condiciones laborales, liberación de presos políticos hasta la liberación nacional y social.
Fue así como su rol en la gesta heroica del Cordobazo fue trascendental. El día 26 de mayo, el movimiento obrero de Córdoba, por medio de los dos plenarios realizados, resolvió un paro general de actividades de 37 horas a partir de las 11 horas del 29 de mayo y con abandono de trabajo y concentraciones públicas de protesta.
Cuando se corrió la voz de la muerte de Máximo Mena del Sindicato de Mecánicos, se produjo el estallido popular. La clase trabajadora, en alianza con el movimiento estudiantil y la población en general que se unió a colaborar hicieron temblar al régimen. Piedras, neumáticos incinerados y barricadas por todos lados, con el objeto de que la policía montada no pueda ingresar a los barrios. Se destruyó el capital simbólico del enemigo proimperialista: grandes concesionarias de autos, el Casino de suboficiales y el Círculo de oficiales.
Al frente de esas batallas estaba el Gringo junto con otros dirigentes revolucionarios porque su lugar era estar allí con su clase, enfrentando a los explotadores y sus lacayos serviles. Como resultado de esta rebelión popular, Tosco volvió a caer preso, pero algo cambió. La acción directa mostró ser exitosa: renunció el gobernador de Córdoba y se reabrieron las negociaciones colectivas. Se inauguró un ciclo de protestas en ascenso y comenzó a resquebrajarse la imagen de unidad y orden que mostraba el régimen.
Tosco decía: “Nuestra experiencia nos ha enseñado que debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. A veces pasan meses sin que nada aparentemente suceda. Pero si se trabaja con ejercicio en estas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar en una semana, en un mes, o en un año. Nada debe desalentarnos, nada debe dividirnos, nada debe desesperarnos.”
Recordar su honestidad y su coherencia es hoy seguir su ejemplo: organizar en 2024 la lucha obrera y popular con los desocupados, los estudiantes cuyas universidades sufren el ajuste de Milei, las organizaciones sociales criminalizadas, los comedores que no reciben alimentos, el movimiento transfeminista que sufre crímenes de odio motivados por discursos oficiales y todos aquellos que estamos siendo agredidos por el gobierno de las corporaciones.
A 94 años de tu nacimiento, construiremos poder popular para tirar abajo este sistema de opresión y entrega en el que estamos inmersos hoy. No será con rosca palaciega que venceremos, sino con organización.
Gringo querido, las barricadas que están por venir serán en tu honor.