Hablar de Malcolm X es hablar de todo lo que la derecha hoy llama “woke”. Era afrodescendiente, de izquierda anticapitalista, y musulmán. Luchaba por los derechos civiles para los ciudadanos estadounidense en un país donde el racismo, la homofobia, la xenofobia y el odio de clase eran tan fuerte como ahora. De hecho, el MAGA de Trump busca volver a ese Estados Unidos, asegurando que los “woke” destruyeron la nación.
Para hablar de “Woke” hay que ir a su raíz: la frase «stay woke» significa en español «mantente despierto», estate pillo. De hecho, la palabra “Woke” se traduce como “Despiertx”. Dicha consigna surgió en los Estados Unidos en la década de 1930, al desarrollarse dentro del inglés afroestadounidense vernáculo, woke se refirió a una conciencia de los problemas sociales y políticos que afectan a los afroamericanos, especialmente los prejuicios raciales y la discriminación.
Los primeros “woke” eran los negros, los inmigrantes, y la comunidad LGBT, que en unidad junto al proletariado estadounidense construían un enorme movimiento anticapitalista. Ese movimiento fue liderado por Malcolm X, quien tenía una enorme capacidad de sintetizar en sus discursos, todas las consignas de lucha.
El 21 de febrero de 1965, en el Audubon Ballroom de Manhattan, Malcolm X comenzó a hablar en una reunión de la Organización de la Unidad Afroamericana a la cual pertenecía, cuando entro un hombre blanco al gritó de: «¡Negro!, quita las manos de mi bolsillo». Los guardaespaldas de Malcolm acudieron para ver lo que ocurría mientras que otro hombre le disparaba el pecho con una escopeta recortada. Junto a otras dos personas blancas le dispararon dieciséis veces, asesinandolo.
Con la muerte de Malcolm, el movimiento comenzó a radicalizarse cada vez más hasta el punto de levantarse en armas, formándose así en 1966 el Partido Panteras Negras. Se trató de una organización política Marxista Leninista y Antiracista que comprendió que la única forma de defenderse de la amenaza blanca y capitalista de la burguesía era con el fuego del fusil. Esta organización duró hasta 1982, algunos de sus dirigentes, como Mumia Abu-Jamal fueron condenados a cadena perpetua, y otros tuvieron que dejar la lucha armada pero siguen siendo referentes del movimiento como la camarada Angela Davis.
El ultraderechista Javier Milei se posicionó en Davos contra los “woke” tratándo de venderlo como una ideología creada por el Partido Demócrata de EEUU y el globalismo. Para él, esta “nueva” ideología era el germen de la destrucción de las naciones y como todo virus había que exterminarlos. No es nada nuevo lo de Milei, de hecho es una copia de lo que Trump ya viene diciendo desde que ganó las elecciones en 2016 y a la que se le ha sumado el magnate Elon Musk.
Este último hace poco se peleó con Julius Malema, líder de la izquierda panafricanista sudafricana porque básicamente lo consideró enemigo a muerte. Y es que Musk es sudafricano, hijo de familia blanca, capitalista y explotadora que se benefició del Apartheid. En cambio Malema viene de la lucha antiracista y anticapitalista que inició Nelson Mandela, denunciando que el gobierno actual de Sudáfrica se ha moderado y ya no combate al capitalismo. En esta misma línea vienen los movimientos panafricanista que crearon la Conferencia del Sahel, con Ibrahim Traoré a la cabeza.
En Estados Unidos desde Angela Davis hasta el PSL están llamando a construir una alternativa anticapitalista a la avanzada neo fascista que impone Donald Trump. Creemos que en Argentina, y con todo lo mencionado, es importante seguir sosteniendo y reforzando una agenda de este tipo antes que caer en la agenda que busca imponer el gobierno, donde algunos que iban de progresista y compañeros se suman a la moda de ser “anti-woke”.