Por tal manera, es una idiotez creer que derribando símbolos socialistas como en Ucrania hacen los neo fascistas, y en occidente lo proponen los neoliberales, se va a erradicar nuestro movimiento.

Nuestro movimiento es el movimiento obrero organizado que lucha por eliminar el Estado burgués y las clases sociales. Es la superación del capitalismo, que se formó como un movimiento revolucionario frente al feudalismo. Es así que, la guerra social de la que hablaba Bakunin o la lucha de clases de la que hablaba Marx, no son dos categorías teóricas, si no descripciones de sucesos concretos.

La derecha apunta contra el movimiento piquetero, no por qué sean desestabilizadores de un gobierno, si no por qué directamente son desestabilizadores del sistema. El avance de las organizaciones sociales implica un retroceso en su proyección de acumulación de capital, y si le dan margen para que crezcan, podría significar la perdida del poder burgués frente al proletariado.

No hace falta que reivindiquemos constantemente el comunismo y el socialismo como bandera. En cada movilización, en cada protesta, en cada plan de lucha del sindicalismo combativo hay lucha de clases, y por ende elementos socialistas. Muchas veces estos elementos no están desarrollados, y ahí nuestra tarea es desarrollarlos.

Si cada organización social forma a sus militantes de bases, y estos al resto de sus compañerxs de trabajo, el futuro, que naturalmente es socialista, estará más cerca, y la explotación del hombre por el hombre se irá reduciendo hasta desaparecer.

Instalar es la palabra de nuestros tiempos, y narrativa es la herramienta de esta era. Entonces instalemos una narrativa socialista.