El 24 de febrero de 1958, el comandante Che Guevara fundó Radio Rebelde. Estaba ubicada en Pata de la Mesa (donde se encontraba la comandancia del Che) en la Sierra Maestra. Su primera transmisión oficial se realizó desde la casa de Conrado, un campesino miembro del Partido Socialista Popular y colaborador del Ejército Rebelde.
Se trata de un medio utilizado como herramienta revolucionaria que se dedicaba a brindar información a los guerrilleros y comentar con el pueblo cubano la presencia del ejército rebelde en la sierra y las ideas de la revolución.
Tanto éxito tuvo su emisión que trasladaron su planta para tener un medio de comunicación estratégico con el pueblo. Antes del triunfo de la revolución, la dictadura de Batista endureció su ofensiva para dar de baja la radio bombardeando distintos puntos pero sin poder localizarla. Con el paso del tiempo la radio fue teniendo más estaciones y llegó a ser retransmitida por distintas emisoras de latinoamérica.
En el contexto para nada revolucionario en el que desarrollamos nuestra tarea, cabe darse un momento para reflexionar sobre los medios hoy y el rol del periodismo en la democracia burguesa. Advertimos que muchos medios nacen -mientras otros se convierten- en el plano del entretenimiento. Se dice que el periodismo es decir lo que alguien no quiere que se sepa, sin embargo, hoy las redes están cada vez más inundadas de chismes que de investigaciones sobre el negocio detrás de los incendios forestales. Parece que se confundieron, periodismo no es decir lo que la China Suarez no quiere que se sepa, es publicar lo que esconden los Joe Lewis y los Macri.
Para otros, periodismo es hacer las preguntas que incomodan al poder. Hace días vimos una puesta en escena en la que Jonatan Viale entrevistó al Presidente sin consultarle nada de interés sobre la estafa que protagonizó, pero en la que se detenía a comentar apodos sobre Lali y María Becerra. Ni hablar que permitió que un asesor ingrese a delimitar lo que se puede decir y lo que no, sin objetar ni mostrar ningún tipo de incomodidad, porque esto es descaradamente naturalizado.
En Argentina, el periodismo nació militante de la causa independentista. Esa es la tradición que reivindicamos porque un periodismo que se precie de valor es uno que cuente las vivencias del pueblo y denuncie las opresiones. Para Rodolfo Walsh, el periodismo es dar testimonio en momentos difíciles. Tanto en nuestro país, como en el resto del mundo, nos enfrentamos a la dificultad de informar en un momento de profundización de la concentración monopólica de los medios y censura por parte de las empresas de plataformas de redes sociales. Sumado a esto, la represión y persecución a periodistas no alineados al oficialismo avanzan.
Lejos de proponer batallas culturales en lugares en los que no estamos combatiendo de igual a igual, no nos proponemos restauradores de un orden perdido. Construimos Agitación como herramienta cultural de formación, pensamiento, análisis e interpelación del deseo. Ni pensamos todos lo mismo, ni somos militantes de las mismas tradiciones políticas, hacemos visibles nuestras discusiones y proponemos un debate activo con nuestros lectores. Por un periodismo que promueva el deseo de hacer la revolución.
Periodismo para nosotros es agitar para romper todo y volverlo a armar.
