En Inglaterra, Kristy Love, una diseñadora de la Universidad de Nottingham Trent crea ropa con patrones y diseños específicos para engañar a las cámaras que usan reconocimiento facial con IA. Usa formas y colores que sobrecargan los algoritmos de detección de objetos, impidiendo que identifiquen correctamente a la persona que se las ponga.
Un grupo de estudiantes de la Universidad de Maryland diseñó un buzo con una estampa especial para confundir a las cámaras y hacer que la persona que se lo ponga sea “invisible” a estos sistemas. Se trata de una imagen que filtra a la persona que se lo pone de manera que no lo reconoce la cámara.
El artista Adam Harvey creó una línea de ropa llamada “Stealth Wear” que utiliza materiales termorreflectivos para ocultar la identidad de las personas ante drones y cámaras infrarrojas que detectan el calor. Tiene capuchas, hiyabs y burkas antidrones.
En 2017, junto a Hyphen-Labs creó la tela HyperFace con un patrón que pareciera tener ojos, narices y bocas que forman caras. Al usar una prenda de ropa con esa tela, la computadora que intente detectarte recibe 1.200 posibles opciones faciales.
Este artista también desarrolla luces antipaparazzis o fotos policiales, intervenciones artísticas con una mirada crítica de la privacidad y hasta un bolsillo para resguardar el celular de todas las señales inalámbricas. OFF Pocket es una funda para teléfono que evita que cualquier señal llegue a tu teléfono, protegiéndote del rastreo o la escucha no deseada. Además, sirve para desconectarte.
Por su parte, la pareja de diseñadores Project KORV hizo un abrigo con materiales metálicos que impide que se lean los chips de las tarjetas de crédito o documentos de identidad y dispositivos como celulares o computadoras.
La moda antivigilancia es una respuesta creativa a la preocupación por el control al que somos sometidxs en un sistema lleno de cámaras que nos siguen, en el que portamos dispositivos cuyas señales se pueden rastrear e intervenir, y el creciente autoritarismo en democracia. No dejan de ser propuestas del norte con materiales de complejo diseño y pensados como salida individual, pero pueden ser de utilidad en las protestas y hasta en la vida cotidiana. Sería interesante que desde nuestros espacios del sur pensemos alternativas para resguardar nuestra seguridad.