El nuevo álbum de García, es un álbum del que mi generación de centennials tiene el honor de ser testigo. Una oda a la época dorada del rock de finales del siglo XX en Argentina.
Maestros referenciando a maestros
Es tiempo de rock
Las 13 canciones duran 34 minutos. Para los gordos charlistas, el tiempo toma profundidad, porque nos sumerge en una especie de bucle nostálgico. Sin embargo, los temas son cortos y pasan muy rápido, es apto para nuestra generación tik tok, no tengan miedo.
Pero García no se caracteriza por pausarse en el pasado, cómo él, las cosas cambian. Charly y Dillom, ambas referencias del rock (pese a quien le pese), sacaron álbumes que abordan la muerte, hablan de la cuestión de género y lo rota que está la sociedad en la que vivimos. El rock es eso, protesta, denuncia, goce e irreverencia.
¿Cómo no emocionarse?
El disco es un mimo, una cariñosa obra para todas las personas que el rock nos eriza la piel. Una luz en medio de la oscuridad de estos tiempos de filosofía barata, tiempos en donde los dinosaurios siguen vivos como hierba mala y nos siguen pegando abajo. Tiempos en donde todo se vende en la máquina plateada y lunar.
“Dios te ha dejado solo como internet” canta la voz tiernamente avejentada de García.
Con un tinte nostálgico por sus refs, reversiones, ritmos y voces que ya existen en toda la obra que nos regala el tipo de bigote raro, La Lógica del Escorpión tiene muchísima historia, pese a haber salido hace días.
El rock nunca murió porque Charly existe y va a seguir existiendo siempre, porque el mundo musical de García es un universo infinito, y desde esta mirada de idolatría es cómo lo escucho y analizo.