La izquierda ganó las elecciones en Irlanda con Catherine Connolly

Dublín, 28 de octubre de 2025. — La candidata de izquierda Catherine Connolly, abogada y parlamentaria de 68 años, fue elegida este martes presidenta de Irlanda tras imponerse con el 63% de los votos frente a su rival centrista Heather Humphreys, que obtuvo el 29,5%.

La candidata de izquierda independiente, Catherine Connolly, abogada y parlamentaria de 68 años, fue elegida este 24 de octubre como presidenta de Irlanda tras imponerse con el 63% de los votos frente a su rival centrista Heather Humphreys, que obtuvo el 29,5%. Conto con el apoyo de los partidos de izquierda Sinn Féin, El Pueblo Antes que el Lucro, Solidaridad y los partidos de centro-izquierda Laboristas, Socialdemócratas y Verdes.

 

Su triunfo representa un cambio político significativo, ya que por primera vez la izquierda asume la presidencia en el país europeo de 5,2 millones de habitantes. Con anterioridad había gobernado la socialdemocracia tradicional del Partido Laborista. Connolly se ha destacado por su crítica abierta a la OTAN, a la política exterior de EEUU y a la militarización de la Unión Europea. En este sentido, apoyo abiertamente la causa palestina y la lucha antimperialista.

 

De todos modos, cabe mencionar que la jornada electoral estuvo marcada por una baja participación del 45,2%, mientras que los votos nulos alcanzaron un 13,2%, siendo el nivel más alto de los últimos comicios presidenciales. Analistas locales interpretan estos números como una señal de descontento con el sistema político tradicional. Esto es algo que se viene repitiendo en muchos países, como el nuestro, donde la participación electoral fue un 66%.

 

Con su llegada al poder, Connolly enfrenta el desafío de mantener la unidad interna en un país donde el establishment político y económico observa con cautela su agenda crítica hacia Bruselas y Washington.

 

Su mandato, que comenzará el 1° de diciembre, promete abrir un nuevo capítulo en la política irlandesa, en el que el antimperialismo, la soberanía y la justicia social podrían ocupar un rol central en la escena nacional e internacional de su gabinete.