
El pueblo chileno volvió a protagonizar una elección marcada por la tensión entre dos modelos de país: uno que propone profundizar los avances sociales alcanzados en los últimos años y otro que busca restaurar una agenda conservadora, autoritaria y neoliberal. Jeannette Jara, candidata del oficialismo y militante del Partido Comunista, se impuso por un estrecho margen frente al líder de la ultraderecha José Antonio Kast. Ambos se medirán en el balotaje del 14 de diciembre para definir al futuro sucesor de Gabriel Boric.
Jara obtuvo el 26,7% de los votos y Kast quedó apenas dos puntos por debajo, con 24,09%. El economista Franco Parisi (Partido de la Gente) sorprendió con casi un 20%, convirtiéndose en la principal incógnita de la segunda vuelta. En la derecha más dura, Johannes Kaiser (13,9%) y Evelyn Matthei (12,66%) reconocieron rápidamente la derrota y cerraron filas detrás de Kast, dejando en claro que su proyecto político apunta a recomponer el viejo bloque conservador.
Desde el comando de Jara destacaban que la elección reflejó un profundo mensaje social: la mayoría del electorado eligió opciones distintas al proyecto reaccionario de Kast, incluso cuando ese voto se expresó en candidaturas contradictorias entre sí. “Hay que escuchar al pueblo”, afirmó Jara, en un discurso donde señaló que los votos obtenidos por las fuerzas derrotadas representan demandas sociales que no pueden ser desoídas.
La candidatura de Jara apuesta a ampliar derechos, consolidar políticas laborales y defender los avances en igualdad de género y diversidad conquistados durante el gobierno de Boric. Sus voceros señalaban un punto clave: enfrentar a Kast —derrotado en dos elecciones anteriores— evita el riesgo de un eventual ascenso de figuras altamente disruptivas como Parisi o Kaiser, que podrían haber canalizado el descontento por vías similares a la de Milei, la “antipolítica”.
“Chile es un país grande y no debemos permitir que nos hagan creer lo contrario”, dijo Jara ante su militancia. Reivindicó los avances sociales alcanzados por el progresismo y advirtió sobre la necesidad de “cuidar la democracia”, en un mensaje que resonó en un país que aún carga las heridas de la dictadura. Siguen siendo mensajes moderados frente a una derecha radicalizada, pero aunque sea candidata del Partido Comunista, es importante recordar que lo hace en una alianza que componen partidos tanto de izquierda como de centro izquierda y centro.
Para poder ganar las elecciones, Jara dependerá de los votos de Parisi y el Partido de la Gente, que serán clave para definir la segunda vuelta. El resto de la izquierda no obtuvo buenos resultados: Enríquez-Ominami, del Partido Humanista, sacó apenas un 1,19% y Eduardo Artes, del Partido Comunista (Acción Proletaria), un 0,6%. El perfil del Partido de la Gente es de centro derecha a derecha, pero aún no han expresado a quiénes acompañarán. Sin estos votos, Jara solo tiene una carta: los 2 millones de personas que se abstuvieron de votar.