
La candidata del bloque de la izquierda progresista chilena de cara al ballotage dijo que tras la segunda vuelta “se va a discutir la estrategia” respecto de su adhesión al PC, donde milita desde los 14 años. Advierte que congelaría su militancia comunista si fuera electa presidenta de Chile para gobernar para las mayorías. Esto significa que las decisiones que tome el PCCh no serán precisamente a las que responda Jara, sino a las que tome su frente Unidad por Chile, compuesto mayoritariamente por fuerzas de centro-izquierda. Desde ya, no parece ser una estrategia muy llamativa darle la razón a la derecha de que el problema es el comunismo que lleva a los países a la extrema pobreza. Kast, por su parte, no se arrepiente de nada de lo que ha dicho; todas sus propuestas de tipo pinochetista no cambiarán.
Es una lástima que Jara afirme esto y que el PCCh sea reducido solo a un sello electoral. La reciente victoria de Mamdani en Nueva York dejó una frase clave:“no me arrepiento de nada” dijo, cuando se le acusó por ser socialista, musulmán y pro-palestino. En su campaña, en cambio, Jara defendió que Venezuela es una dictadura, al igual que Nicaragua, aunque no respondió sobre Cuba; solo dijo que “tiene problemas internos y es otra forma de democracia”. De todas formas, y tómese como exageración, Jara puede decir que es liberal y que se dio cuenta de que el comunismo es un fracaso, que de igual manera no va a poder revertir el daño que hizo a la izquierda Boric y la traición de su gobierno a las revueltas de octubre de 2019. Lamentablemente, solo puede esperar un milagro para ganar, y la izquierda chilena tendrá —como la argentina— que hacer un gran balance.
Ahora, si bien Jara ganó las elecciones, la derecha unida ya le aseguró sus votos a Kast, lo cual hace que sea extremadamente difícil para los progresistas ganar en segunda vuelta. Solo le queda salir a la ofensiva, demostrando quién es Kast, sus vínculos con Pinochet y sus causas de corrupción, así como también quiénes lo asesoran. Pero, el programa de Chile Digno no está a la altura de lo que exigen los chilenos. No dan respuestas concretas en seguridad y economía, puntos claves donde la izquierda suele tener problemas. Al mismo tiempo, no invita a continuar la radicalización de las revueltas de 2019, sino que, por el contrario, se busca distanciar de aquel proceso que llevó a Boric a la presidencia. Y este apartado es un debate interesante para la izquierda en general.
Nos puede gustar o no Mamdani, pero su propuesta convenció a la ciudadanía neoyorquina por sus propuestas concretas sobre transporte, vivienda, sanidad, educación y trabajo que implican un cambio necesario. La promesa de continuidad que expone Chile Digno ya no convence a nadie, por eso las mayorías se han inclinado por opciones de derecha. Es similar a lo que ocurrió en Argentina en 2023 cuando Massa proponía continuar con un “Estado de derecho”, aunque ese Estado había dejado afuera a millones de argentinos. Melenchon en Francia o el Die Linke en Alemania recuperaron su protagonismo con propuestas de cambios estructurales, que aun sin ser socialistas, lograron al menos impactar y revertir el retroceso en el que estaban antes. Si bien hablamos de experiencias de oposiciones y no oficialismos, un ejemplo de revertidas del oficialismo es Cuba.
En 2021, Díaz-Canel aplicó un ajuste contra la clase obrera, y ante las enormes protestas sin precedentes en Cuba desde los años 90, el propio Partido Comunista evaluó la situación. Abrió el debate con los manifestantes, dio marcha atrás en donde le pedían y avanzó en las reformas progresivas que pensaban. . El Frente Amplio de Uruguay, como Libres en Honduras, también supo volver al poder que habían perdido radicalizando su programa en discusiones con las organizaciones de base. Mientras que el MAS-IPSP en Bolivia cayó en la misma estrategia de Chile y Argentina, perdiendo el gobierno en manos de la derecha, y su fracción, EVO Pueblo, solo responde a las decisiones del líder supremo, Evo Morales.
El problema es que si la izquierda chilena ya perdió credibilidad, es poco posible revertir la situación solo en una segunda vuelta. Además, hay algo que parece ser muy preocupante para la clase obrera y la izquierda no estaría pudiendo atender: inseguridad. Las tesis de la derecha son claras: cerrar las fronteras y militarizar los barrios pobres. Por muy loco que parezca, tanto a Milei como a Kast, o a Bukele en El Salvador, los han votado mayoritariamente entre las clases populares. Si la izquierda no tiene una contrapropuesta —en seguridad o lo que sea—, es difícil despegarse de las malas calificaciones que sobre ella instalan los grandes creadores de opinión. Por ello es necesario tener un programa integral y no continuista de un régimen obsoleto, como en Chile lo supo tener —aun con sus límites— Allende o en Argentina —siendo muy flojo— Perón. Pero un programa de este tipo tiene que ser siempre debatido entre las bases.
Juan Monteverde en Rosario, ha llegado a ser líder de la oposición al PRO santafesino y ganar las elecciones legislativas provinciales en la ciudad. Es cierto, lo ha hecho pactando con el PJ, pero las decisiones y el programa se definen en las llamadas “Asambleas Ciudadanas” de Ciudad Futura, algo similar a lo que hace Petro y el Pacto Histórico con los llamados “Cabildos abiertos”. ¿Por qué es importante remarcar esto? Porque la organización se da de forma directa y participativa. Lo mismo podríamos decir de los comités de base del chavismo o la Revolución Bolivariana; o estructuras similares de Morena en México, Libre en Honduras o el DSA en EEUU. Lamentablemente, cuando la izquierda se burocratiza, las malas decisiones de sus dirigentes arrastran a la colectividad.
Solo reforzando la organización de base se pueden frenar los ataques reaccionarios de derecha y prepararse para la toma del poder. Lamentablemente, no es lo que están haciendo Jara u otros progresismos que piensan en estrategias, marketing político, discursos amigables y la más amplia unidad electoral, con la centroderecha si es necesario, con tal de ganar. El PC se ha convertido en un partido socialdemócrata, defiende el Estado del bienestar y la institucionalidad burguesa como única forma de organización y participación política. Quizás las elecciones ya las perdieron, quizás aún quede un milagro; lo cierto es que si el Partido no vuelve a sus bases, a la línea que edificó Recabarren y Gladys Marín, no solo retrocederá, también arrastrarán al retroceso la palabra “comunista”.
El máximo líder de las disidencias, alias ‘Iván Mordisco’, reapareció con un comunicado mediante un video en el que expresó que: “Quisimos que el proceso electoral del 2026 tuviera los menores traumatismos posibles, pero ante la avanzada de sectores guerreristas no nos queda más que asumir una posición en defensa de los territorios, su tranquilidad y las determinaciones políticas alejadas”.
En este sentido, el presidente Gustavo Petro volvió a defender la operación militar realizada en Guaviare y Arauca contra las disidencias. La acción reabrió el debate sobre los límites del uso de la fuerza y la urgencia de una paz real en los territorios históricamente abandonados por el Estado colombiano. En paralelo, el mandatario anunció que denunciará ante la Corte Penal Internacional (CPI) a alias Iván Mordisco, señalado como uno de los principales responsables del reclutamiento sistemático de menores.
Petro afirmó que trasladará a la CPI pruebas sobre la responsabilidad del jefe disidente en la utilización de niños y niñas en el conflicto armado, una práctica que, según el presidente, acumula más de dos décadas de impunidad. Recordó que él mismo investigó la cifra de menores muertos en medio de hostilidades desde el año 2000, que supera los 400. Para el mandatario, estos datos no solo revelan la degradación del conflicto, sino también la necesidad de sostener y profundizar los procesos de paz como única vía para sacar a las nuevas generaciones de la guerra.
El presidente insistió en que las llamadas “disidencias” son, en su mayoría, estructuras que se fortalecieron durante el gobierno de Iván Duque, mientras que su administración no ha generado nuevos grupos armados. Reivindicó además los avances en reducción de homicidios, entrega voluntaria de menores en zonas cocaleras y el inicio de esfuerzos de diálogo en territorios amazónicos.
Describió a alias Mordisco como “el más brutal” de los jefes armados que han rechazado las propuestas de paz, responsabilizándolo de atentados contra la población civil y de un sistema de reclutamiento forzado que afecta especialmente a comunidades indígenas. También lo vinculó con redes de narcotráfico y con una creciente disputa por minerales estratégicos en la Amazonía, un negocio transnacional que, según el presidente, alimenta la expansión violenta en la frontera entre Colombia, Venezuela y Brasil.
Al anunciar la denuncia ante la CPI, Petro reiteró que las acciones militares ordenadas por su gobierno se ajustan al Derecho Internacional Humanitario y que la prioridad sigue siendo desescalar el conflicto y desmontar las economías ilícitas. Señaló que los grupos armados mantienen la opción de acogerse a espacios de diálogo sociojurídico, siempre y cuando respeten a la población civil y liberen a los menores reclutados.
“El país no puede resignarse a que la guerra sea eterna”, concluyó Petro, insistiendo en que la paz es el único camino para garantizar la vida y la dignidad en los territorios rurales que por décadas han cargado con el peso del conflicto armado. “Colombia merece vivir libre en sus territorios. Colombia libre”.
A sabiendas de que en esta comunidad muchos defenderán a este grupo por levantar el martillo y la hoz, vale aclarar que Petro tiene razón en que las disidencias de las FARC no respetan los acuerdos de paz. Ahora bien, la derecha busca apretar al gobierno para que vuelva a la militarización del país, y acusa de que la vuelta de este grupo es gracias a la ineficacia de los acuerdos de paz. Sin embargo, el gobierno de Duque afirmó que mediante la Operación Júpiter Iván Mordisco había muerto, lo cual fue falso, y fue gracias al gobierno actual que se llegó a una paz temporal. ¿Por qué justo ahora que se vienen las elecciones y la oposición hace campaña con política de seguridad aparece este personaje?