Entre las redes que fueron cerradas estaban Facebook, X, YouTube, LinkedIn, Reddit, Signal y Snapchat, y el argumento era que no respetaban las nuevas normas del Ministerio de Comunicación y Tecnologías de la Información. Es así que crece una tendencia en redes de jóvenes llamando a voltear al gobierno de Oli y echar a todos sus funcionarios.
El gobierno decidió iniciar un toque de queda el 8 de septiembre y movilizar a las Fuerzas Armadas. El saldo fue de 19 personas muertas producto de la brutal represión. Un dato no menor es que algunos manifestantes usaron la bandera Jolly Roger de los Piratas del Sombrero de Paja del manga One Piece, de forma similar a las protestas de Indonesia de 2025. Por ende, estamos hablando de un fenómeno que se expande por Asia.
El gobierno, como ya mencionamos, era del Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado), que a su vez era cercano al gobierno chino. No es la primera vez que gobernaba el país; ya lo había hecho en 2015-2016 y 2018-2021. En este último lo logró bajo la unificación comunista con el otro partido que disputó toda su vida, el Partido Comunista de Nepal (Centro Maoísta), dirigido por Pushpa Kamal Dahal, Prachanda para los amigos, quien también supo ser Primer Ministro.
Hay todo un largo camino de disputas internas para llegar hasta acá, pero lo dejaremos para otra parte. Lo importante es que el PCN (Centro Maoísta) retiró a sus ministros el 13 de marzo de 2021 y retiró su apoyo al gobierno de Oli el 5 de mayo de 2021, convirtiéndolo en un gobierno minoritario. De yapa, un sector rompe con su partido y forma el Partido Comunista de Nepal (Socialista Unificado). Pero tranqui, en 2022 Prachanda y Oli forman nuevamente un gobierno… Hasta 2024, cuando Oli rompe y forma una alianza con el Congreso Nepali, que es de tipo socialdemócrata, para recuperar el cargo de Primer Ministro y eliminar al maoísmo.
Con los maoístas que organizaron la revolución en contra, un partido fraccionado y un gobierno de coalición débil con la socialdemocracia, Oli empezó a debilitarse. Los escándalos de corrupción y nepotismo llevaron a que no sea el maoísmo quien se le plantó y le prendió fuego al país, sino los jóvenes inspirados en las revueltas de Indonesia. La protesta de la generación Z se organizó por foros de redes sociales.
Y así terminó su carrera, Oli, traicionando a todos, desestabilizando gobiernos de unidad de izquierda y renunciando a su cargo con 19 muertos y 300 heridos. No sólo fracasó, sino que dejó una nueva mancha en la palabra “comunista”. Aún no se ha elegido un nuevo primer ministro, ya que la situación política sigue siendo inestable, pero eso es irrelevante; lo importante es ver qué forma toman las protestas y qué movimiento se puede generar de ellas.
Algunas imágenes fueron difundidas con cierta epicidad en la izquierda argentina y probablemente mundial. Por ejemplo, el Ministro de Economía, expulsado a la fuerza por los jóvenes manifestantes y siendo humillado en un río. También las imágenes del Congreso completamente quemados fueron difundidas por todos lados con consignas como “¿cuándo acá?”.
Entre los manifestantes aparece una organización llamada “SAFAL” que se define como “marxista independiente” de los dos PCs tradicionales. Se traduce algo así como “Comité de Calle de los Trabajadores de Safal”. Se formó el marco de las protestas entre los jóvenes de la “generación Z”. No tienen un líder claro, pero buscan evitar que el descontento sea acaparado por partidos de derecha, el Congreso Nepali o el PC maoísta de Prachanda, es decir, las fuerzas que ya han gobernado o convalidaron a Oli en el Congreso.
Por último, pero no menos, es de destacar cómo las nuevas censuras que hoy tienen como epicentro las redes sociales están llevando a levantamientos entre los jóvenes de la llamada “generación Z”. Es decir, jóvenes de nuestras edades se organizan a través de las redes sociales y, cuando los gobiernos limitan o prohíben lo que se difunde en ellas, las calles se convierten en el epicentro de la lucha. Los nuevos estallidos no se ven venir, ocurren de forma espontánea. Lo interesante es observar si se trata de un rechazo organizado al capital o mero hartazgo.