Elecciones en CABA: +45% de abstención y los debates que debemos darnos

20.05.2025

Ganó Adorni y LLA, ese será quizás para muchos el titular de prensa. Para otros puede ser enfocado en la oposición y su pérdida de votos, principalmente afectando al Pro. Lo que es interesante de analizar es la participación electoral, que fue la más baja desde 1983.

Este domingo se desarrollaron las elecciones en Ciudad de Buenos Aires y La Libertad Avanza (LLA), cuya lista estuvo encabezada por el vocero presidencial Manuel Adorni, se posicionó en primer lugar con más del 30% de los votos. Leandro Santoro, de Es Ahora Buenos Aires —sucesora de Unión por la Patria en la ciudad—, quedó segundo con más del 27% de los votos. A diferencia de lo que sucedió en años anteriores donde ganaban las elecciones, la candidata del PRO Silvia Lospennato salió tercera con casi 16 puntos.

Más abajo viene Larreta, ex gobernador porteño que solo obtuvo un 8%, aunque sin la estructura del Pro y con un partido llamado Volvamos Buenos Aires, de carácter regionalista y recientemente formado. Le sigue Vanina Biasi del Frente de Izquierda Unida, que perdió una banca y bajó del 7 al 3%, pero logró mantener otra banca y dejar afuera a Ramirro Marra, quien obtuvo el 2,62% con la UCEDE.

 

Si hablamos de la histórica UCR, quedaron abajo de Morra y Paula Oliveto de CC Ari — partido de Carrió — con apenas 2% y perdiendo todas las bancas que buscaba retener. Se trata de las peores elecciones de la UCR en la ciudad de BsAs, cuya candidata, formada en la burocracia universitaria de Franja Morada no logró interpelar ni siquiera el voto de centro que solía mantener Lousteau.

 

Otra sorpresa para muchos peronistas fue Kim, de Principios y Valores, quien teniendo toda la prensa, viralidad en Twitter y TikTok, apenas si llegó al 2% y no logró acceder a la Legislatura. Streaming no es calle. Caso similar para otro armado peronista que supo tener relevancia en su momento, el Movimiento Evita con Abal Medina, obteniendo solo un 0,5% de los votos. 

 

Todo lo demás es zaraza y no importa pues obtuvieron menos de 10 mil votos. Lo que sí es relevante y no un dato menor es la baja participación que hubo. Una escasa participación de apenas el 53% del padrón, con una abstención del 47% y un 1.9% de votos en blanco, nos demuestran la enorme crisis de representatividad que existe en nuestro país. 

| ¿Quiénes perdieron más?

Primero que nada, mencionaremos que antes de la reforma electoral que implementó el gobierno nacional y se aplica en algunas provincias y en Capital Federal, las legislativas no estaban desdobladas, por lo que analizaremos los votos en general, que incluyen Diputados y Senadores Nacionales.

 

 En 2015 el Pro obtuvo 45% frente al 22% de la Unión Cívica Radical (UCR), algo similar ocurrió en 2017 cuando había obtenido un 48% frente al 19% del PJ. En 2019 llegó a obtener un elevado 56% contra el 35% del Partido Justicialista (PJ), para bajar al 46% en 2021 pero ganarle aun así por más de 20 puntos al PJ que obtuvo 25%. En las legislativas del 2023 le vuelve a ganar al PJ con un 49% frente al 32% de votos peronistas. Hoy quedaron relegados a tercera fuerza con el 15%, siendo superados por el PJ que obtuvo 27% manteniéndose en el segundo lugar en el que se encuentra desde hace una década, y La Libertad Avanza (LLA) que ganó las mayorías de las bancas con el 30%. 

 

Cabe mencionar que Horacio Rodriguez Larreta rompió con el Pro y armó Volvamos Buenos Aires, con el que obtuvo 8% de los votos. Si sumamos los votos de Larreta y el Pro nos dan 23%, lo cual los seguiría dejando en tercer lugar por detrás del PJ y de LLA, y por ende muy lejos de la enorme acumulacion electoral que solian tener.

 

Del PJ no tenemos que hablar pues arriba están sus resultados, si bien perdieron votos, se mantuvieron en segundo lugar, aunque ensayando desde hace años alianzas con sectores no peronistas y candidatos de trayectorias contrarias al peronismo, como Leandro Santoro que viene de la UCR a la que renunció en 2015. 

 

Si hablamos de otro histórico, la UCR armó en 2017 Evolución, frente de centro con el que obtuvo 12,30% en 2017 cuando quedó en tercer lugar. En 2019 se sumó a Juntos por el Cambio siendo furgón de cola del Pro, que ganó las elecciones, algo que se repitió en 2021 y 2023. En esta ocasión obtuvieron apenas 2,31% sin posibilidad de renovar las bancas en la legislatura porteña, y con los resultados mas bajo desde hace décadas. Con estos resultados, UCR está por debajo del trotskismo, la UCEDE de Marra y la CC Ari de Carrio. 

 

Si hablamos del Frente de Izquierda – Unidad (FIT-U), tenemos otro gran perdedor. En 2015 obtuvieron un 5,48% y quedaron en el quinto lugar. Para 2017 obtuvieron un 5,79% quedando en el cuarto lugar. Para 2019 aumentaron a un 6,13% de los votos logrando ser la tercera fuerza en la capital del país, un hecho histórico para la izquierda argentina y más teniendo en cuenta que otros sectores de izquierda llamaron a un frente popular con el PJ en el Frente de Todos. En 2021, y ya con la aparición de LLA, el trotskismo logró superarse y escaló al 7%, aunque por la presencia de los liberales quedó en cuarto lugar. Ya en 2023 bajó al 5,44%  de los votos, siendo este el más bajo en una década, hasta los resultados del domingo pasado, cuyo 3% es el nivel más bajo obtenido en la existencia del FIT-U desde 2011 cuando fue creado. No está demás decir que perdieron una banca y retuvieron una.

 

LLA apareció por primera vez en 2021, donde obtuvo  un 17% de los votos, quedando en tercer lugar y metiéndose tanto a la Legislatura como a la Cámara de Diputados y Senadores de la Nación. Para 2023 escaló a un 20,54% de los votos, manteniéndose como tercera fuerza y aumentando la representatividad en la Legislatura y el Congreso de la Nación. Este domingo volvió a crecer, pese a la fracción que sufrió por parte de uno de sus fundadores, el influencer Ramiro Marra, obteniendo 30% de los votos y 11 bancas, desplazando al Pro y al PJ.

| El desgaste de la política y la falta de representatividad

Que hay una crisis de representatividad política es innegable, todos los sectores menos LLA han sufrido importantes pérdidas de votos. Lo que podemos observar a simple vista es que el Pro y la UCR ya no representan a nadie y mientras uno se va cayendo de a poco, el otro toca fondo como nunca lo había tocado en sus más de 100 años de existencia. El peronismo no se queda atrás, relegado al segundo y tercer intervenido por la conducción del PJ con Cristina Kirchner y Sergio Berni como armadores y con candidatos que ni siquiera se consideran peronistas como el caso de Leandro Santoro. 

 

Ahora bien, por mucho que festejen sostener una banca en unas elecciones privatizadas y con 17 listas, y una bajísima participación, los resultados del FIT-U dejan mucho de qué hablar. No solo perdieron votos en Capital, los perdieron hasta en Jujuy, donde siguen siendo fuertes pero están lejos de lo que supieron representar. También es cierto que no hay opciones de izquierda fuertes más allá del este frente que solo incluye a cuatro partidos trotskistas de la misma línea histórica: el Movimiento al Socialismo de Nahuel Moreno.

 

En cuanto a los partidos tradicionales, PJ, UCR y Pro podemos ver que fueron desplazados a su manera por LLA. Las tres fuerzas, salvo la UCR con un intento desesperado de mostrarse como superficialmente juvenil y “progre” con una candidata de la burocracia estudiantil de Franja Morada, se presentaron con discursos girados a la derecha, criminalizando la pobreza y justificando algunas políticas antipopulares del gobierno. Santoro hizo nuevamente una campaña con la lógica del mal menor, pero tirando guiños a Larreta y el sector del Pro del represor rosarino Pullaro – su amigo de cuando era militante de la UCR. Lospenatto es la candidata de Jorge Macri, el gobernador de Buenos Aires que criminaliza la pobreza y coopera con el gobierno de Milei persiguiendo y judicializando militantes. 

 

El PTS viene negando al MST el Congreso abierto del frente que pueda ampliar la unidad con la excusa de que los demás sectores de izquierda no demuestran interés en respetar la “unidad programática”. Solo se han juntado a dialogar con el ya desaparecido Autodeterminación y LIbertad (AyL) y el Nuevo MAS, obteniendo rechazos de ambos. Por cierto, dos partidos también de tendencia trotskista. Pero no todo va ser críticas a este espacio que tendrá su propio análisis desde quienes la vemos por fuera de la cotidianidad militante del trotskismo.

| Unidad programatica de la clase obrera hacia la izquierda

La clase obrera necesita instrumentos electorales de perspectiva obrera y no burguesa, dicho esto es inaceptable que algunas fuerzas que se proclaman de izquierda sigan llamando a votar a los frentes del peronismo como mal menor. Ya no solo por las contradicciones que esto significa para la izquierda, si no por la nada misma que representa el peronismo en la política nacional. En este sentido lo más correcto sería construir un Frente Único de izquierda con el FIT-U y las demás fuerzas que están construyendo por fuera o no participan de las elecciones. 

 

Entre las fuerzas de izquierda que se presentaron en Capital están el NMAS y Confluencia, una alianza de Izquierda Popular, Unidad Popular y el Partido Comunista. Por fuera de las elecciones hay muchas más fuerzas de izquierda que en las luchas coinciden con el FIT-U pero no se integran por el falso llamado a unidad de sus sectores hegemonizante, más que nada desde el PTS, que proponen aceptar el acuerdo programático firmado en 2019 cuando el MST se unió al frente. Es decir, la propuesta del PTS es que los partidos se integren pero sin poder discutir ese acuerdo, ni mucho menos las conducciones. Esto conlleva a que entre Periodismo de Izquierda (órgano del MST) y La Izquierda Diario (órgano del PTS) se viven tirando líneas, o que el PO haga un acto del 1 de Mayo en la Plaza de Mayo y el PTS en Ferro .

 

A esto tenemos que sumarle que no todos nos sentimos trotskistas, y cada debate con los compañeros deriva en la misma discusión que es básicamente sacar a la luz a quienes votamos en los balotaje de 2015 y 2023, o peor aún traer discusiones de antaño sobre el conflicto entre el Trotskismo y el Estalinismo (corriente que ni existe en la Argentina y suele ser utilizada por partidos trotskistas como equivalente a burocracia). Basta entrar en las prensas partidarias para ver como se sigue discutiendo sobre lo que hizo el MST con el PC en Izquierda Unida hace 20 años atrás.

 

El crecimiento del Frente de Izquierda se debe a que fueron quienes lograron construir un imaginario colectivo de otro mundo, donde la explotación del hombre por el hombre ya no exista. Esa propuesta radical de otra alternativa a este sistema fue la que nos llevó a muchos a lanzarnos por Nicolás Del Caño en 2015 y no el candidato peronista Daniel Scioli, cuando el progresismo latinoamericano venía amenazado por las derecha y el cuco del “neo fascismo” tenía mucho más fuerzas. Fueron los “Artistas con el FIT-U” reinterpretando La Internacional como spot de campaña lo que nos llevó a indagar sobre marxismo y no a votar por votar una opción juvenil y de izquierda. Hoy el frente está enroscado en discusiones de sellos y en muchas provincias, como Salta, ya se presentan por separado dividiendo los votos de la izquierda y quedando fuera de las bancas en disputa.

 

El FIT-U hoy ocupa el lugar que alguna vez ocupó Izquierda Unida. Si mañana perdiera la representatividad parlamentaria por la negatividad del trotskismo a abrir el debate en un Congreso abierto, los obreros nos quedaremos sin legisladores y tendremos que presionar mediante la radicalización de las luchas a los legisladores burgueses, que ya sabemos que no responden a nuestros intereses. Sabemos que no volverán aquellos tiempos en donde La Izquierda Diario era una trinchera de izquierda donde se expresaban voces de distintas tendencias y se armaban debates constructivos en sus foros, pero al menos aspiramos a que puedan darse cuenta de que perder escaños y caer más de 3 puntos en las elecciones es un hecho que amerita al debate colectivo en la izquierda.

 

Al menos quien escribe esto, votará al FIT-U en las legislativas de su provincia, Entre Ríos, pero observa con preocupación la negatividad de este sector a reconocer errores y asumir debates. No podemos quedarnos con el simple hecho de que superaron en votos a la UCR y decir “es para Franja que lo mira por TV” – Franja que conduce la FUA por cierto. Tampoco podemos tirar por la borda la lucha de los sindicatos clasistas y los centros de estudiantes de izquierda que tanto frente le vienen haciendo al ajuste y vaciamiento de Milei, pese a la traición de las conducciones burocráticas. Para poder llevar la voz de los trabajadores a las legislaturas hay que dejar de lado la rosca partidaria y se hace necesario tener en cuenta eso que decía Marx: trabajadores del mundo, unidad.