El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) anunció el cese de la lucha armada y solicita la inmediata liberación de su líder Abdullah Öcalan para que pueda liderar y gestionar el proceso de transición hacia una solución democrática. La decisión del PKK ha sido ampliamente aplaudida por sectores de izquierda, aunque se le exige al Estado turco que cumpla los acuerdos, libere a los presos políticos y respete la autonomía kurda.

Esta decisión histórica fue adoptada durante su 12º Congreso, celebrado entre el 5 y el 7 de mayo de 2025, en respuesta al llamado de su líder encarcelado, Abdullah Öcalan. El Congreso concluyó que la lucha del PKK había destruido la política de negación y destrucción del pueblo kurdo y había llevado a la etapa de solución a través de métodos democráticos y políticos. El congreso decidió disolver la estructura organizativa del PKK y poner fin a los métodos armados de lucha.

Cabe mencionar que el PKK nace en Turquía, pero funda el movimiento de liberación del Kurdistán. La estructura de su partido se basa en el centralismo leninista, y operó siempre a través de muchas referencias en cuatro Estados: Irán, Irak, Siria y Turquía.

Defienden el proyecto del confederalismo democrático con ciudades autónomas. Este proyecto se materializa en el norte y noreste de Siria. Critican tanto al socialismo del siglo XXI como la idea soviética de partido-estado.

Las ciudades autónomas tienen alrededor de 6 millones de habitantes, por lo que podría considerarse un Estado propio. El cese al fuego se da como un acuerdo defensivo en un contexto de debilidad del gobierno de Erdogan y una buena situación interna para proteger el modelo de las ciudades autónomas como base.

Muchos partidos de izquierda, como el Partido Comunista de Turquía (TKP), celebraron los acuerdos, pero afirman que esperan que el Estado turco cumpla y libere a los presos políticos.