El Frente es de pocos

Por Agitación.

20.08.2022

A Massa lo celebra la derecha y los grupos de poder. El gobierno ajusta al servicio del FMI y los empresarios. No hay margen de disputa por dentro, la clase obrera se organiza por un plan de lucha contra las políticas del Frente de Todos.

Mientras algunos sectores debaten qué hacer en cuanto a su pertenencia al Frente de Todos, el Superministerio del Primer Ministro virtual Sergio Massa endurece el ajuste acorde a la exigencia del Fondo Monetario Internacional y los grupos de poder aliados. El giro que viene dando el gobierno para su política con el frente es convertirlo en una coalición para unos pocos en la que el interés de los grupos de poder puede más que una enorme cantidad de estructuras integrantes del espacio. Este es el giro del FdT a la derecha, muy correctamente denunciado por sectores de izquierda y progresistas.

 

Sumados a los problemas nacionales, el gobierno del Frente de Todos también es denunciado por Daniel Ortega, quien los acusa de convertirse en serviles al imperio norteamericano por las posturas favorables a la gestión Biden de Cancillería. Los sandinistas alertan al campo antiimperialista sobre el rol sumiso de Argentina frente a la CELAC a la que buscan, según ellos, convertir en un instrumento del imperialismo.

 

Los sectores de izquierda en el Frente de Todos denuncian el giro a la derecha y la traición a los principios por los que este se constituyó, pero siguen formando parte del mismo. Más allá de las cuestiones internas de las estructuras políticas, el Frente de Todos ya no es de todos, es de unos pocos, y con el copamiento del Frente Renovador tras el ascenso de Massa, el giro a la derecha se vuelve imposible de quebrar. Ya no se trata de favores a sectores poderosos, si no directamente de una alianza de poder con ellos. Massa ajusta y anuncia tarifazos que lo celebran Vila, Manzano, Midlin y Caputo, es decir Edenor, Pampa Energía y Central Puerto. Mientras Cristina Kirchner se encuentra corrida de la escena política central por su enfrentamiento al poder judicial, parece ser que todo se perfila a favor de la derecha peronista dentro del Frente de Todos.

 

No hubo expropiaciones a Vicentin, no se le aplicó DNU anti despidos a Techint en pandemia, el salario mínimo ni cerca ha estado de empatar a la inflación, y se pasó del “neoliberalismo nunca más” a subordinar la patria al FMI. El Frente de Todos no escucha ni respeta las opiniones de sus integrantes que le piden una marcha atrás en el ajuste que anunció la semana pasada, mucho menos escucha el reclamo por aumento salarial frente a la inflación imparable. Todo lo contrario, Economía anunció nuevos tarifazos que profundizan la crisis económica.

 

Sergio Massa informó la semana pasada que al criterio ingresos (que dividía a los usuarios en tres grupos: ingresos altos, medios y bajos) se sumaría un tope de consumo para el caso de la luz, de 400KW. Ademas quedarían sin subsidios todos aquellos que no habían llegado a inscribirse en el RASE, y que ese universo no equivalía al 10 % de los usuarios residenciales (como habían estimado desde el propio Gobierno) sino al 30 % y por si fuera poco, que sobre el servicio del agua también habría aumentos.

 

Así le fue a Syriza, primero sufre la ruptura de un sector que venía del marxismo leninismo, Unidad Popular, luego rompe su ministro de economía, Yanis Varoufakis, que años más tarde fundaría su propio partido de izquierda, MeRA25, y la Internacional Progresista. Como resultado, cuatro años después de la victoria de Syriza, Nueva Democracia, partido de derecha, recupera el poder en Grecia. Ningún cambio, Grecia sigue siendo lo mismo, un triste experimento del neoliberalismo en Europa, la pérdida de la soberanía ante la Unión Europea.

 

En 2015 en Latinoamérica cae la izquierda populista con las derrotas del PSUV en las legislativas, que derivaron en los problemas actuales de Venezuela, y del kirchnerismo en Argentina. Es verdad, no se puede decir que el kirchnerismo sea de izquierda, pero el espacio que lidera Cristina Kirchner cuenta desde hace una década con el respaldo de dos partidos comunistas, unos cuantos socialistas, y la propia Cristina se junta con el grupo parlamentario de la izquierda Europea (Podemos, Syriza, Francia Insumisa, etc). En 2016 cae derrocada Dilma Rousseff por un golpe parlamentario, que derivó en el proceso en el que Bolsonaro se consagró presidente. Las derrotas para la izquierda latinoamericana no cesaban, en Ecuador Lenin Moreno traicionó a la Revolución Ciudadana, y así podemos seguir enumerando derrotas que ya conocemos.

 

Sin embargo, en 2018 comienza una revancha de la izquierda contra la derecha, con la victoria de Andres Manuel Lopez Obrador en México. Le siguió Argentina en 2019 con Alberto Fernandez, autodefinido como liberal de izquierda (¿alguien puede confiar en esa categoría?). Ese mismo año, Evo Morales sufrió un golpe de Estado, que no duró ni un año, ya que para 2020, el MAS-IPSP, con Lucho Arce, recuperaba el Estado. En Chile, Colombia, Ecuador, Perú estallan revueltas populares, que se plasmaron electoralmente, con la victoria de los candidatos de izquierda, Pedro Castillo en Perú y Gabriel Boric en Chile. A ellos se sumó Xiomara Castro en Honduras. Cualquiera de los nuestros podría pensar que volvía a girar a la izquierda el continente, pero obviamente no todo iba a ser tan fácil.

 

Hoy tenemos a Boric pidiendo que no haya exclusiones en la Cumbre de las Américas, pero condenando a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba por supuestas violaciones de DDHH. ¿Se olvida Boric que el sigue teniendo presos políticos del régimen de Piñera? ¿acaso quiere quedar bien con Biden?. Otro, Pedro Castillo, que parece que después de tanta presión de la derecha peruana cedió a nivel de decir “América para los americanos” ante los oídos de Biden, mientras en su país traiciona a las bases de izquierda que lo respaldaron electoralmente y durante los intentos golpistas. Alberto Fernandez a nivel regional tiene mejor discurso, se solidariza con Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero todos los argentinos sabemos que por debajo anda negociando con el gobierno de Biden por la deuda con el FMI, que dijo que iba a investigar y no investigó. Similar a Fernandez es Lopez Obrador, que para la tribuna se muestra como antiimperialista, pero luego colabora con el ejército de los EEUU en el Comando Sur. Hay que felicitar de momentos a Lucho Arce y Xiomara Castro, que son los únicos gobernantes, junto a Venezuela, Cuba y Nicaragua comprometidos con el antiimperialismo por el momento.

 

De todos modos, no podemos dejar de mencionar que, si bien hay que solidarizarse con Venezuela y Nicaragua ante la agresión imperialista, ni Maduro ni Ortega hoy se pueden considerar como gobernantes a la altura de las demandas populares. Maduro en un manotazo de ahogado tras el bloqueo llegó a dolarizar la gasolina, y ante la ruptura de un sector de la izquierda que lo acompañaba, la APR liderada por el PCV, no se le ocurre mejor idea que reprimir y perseguir, por que debe mantener su discurso socialista tribunero para el PSUV y sus aliados. Ortega en la misma línea, llenó Nicaragua de un culto a su figura, migrando el ideal del FSLN del socialismo al socialismo cristiano (que ni eso en la práctica). La diferencia entre Venezuela y Nicaragua es que al menos Nicaragua sostiene más o menos su economía y en los últimos meses parece que Ortega sigue los pasos de Cuba, alineándose económicamente por completo a China, lo cual para mi no es muy favorable pero es mejor a que Maduro dolarizando la gasolina y ajustando.

 

Sacando a Lopez Obrador, Arce y Xiomara Castro de la lista, puesto que están cumpliendo con su base electoral y eso les da amplio apoyo popular aun, el resto de la izquierda latinoamericana sufre el efecto Syriza.

 

En nuestro país, Alberto Fernandez que gritaba neoliberalismo nunca más, cerró un acuerdo con el FMI que es rechazado hasta por un sector del Frente de Todos, encabezado por Maximo Kirchner y La Campora. De todos modos, este sector sigue sosteniendo la gobernabilidad de Fernandez, la famosa “unidad contra la derecha”. Como resultado, hoy tenemos un gobierno quebrado, que aplica un ajuste estructural, tarifazos, aumentos de los impuestos regresivos y emisión de deuda (véase el préstamo que pidieron al Banco Mundial). Esto se traduce en más endeudamiento y pobreza para el pueblo argentino, en una crisis que acapara la ultraderecha ante la falta de una alternativa de izquierda. Por que, si, esta el FIT-U, pero son una izquierda trotskista que no tiene una definición en política de Estado y por ende lo caracteriza ser una izquierda que lucha por escaños y carece de vocación de poder.

 

El Frente de Todos en nuestro país es un caso más visible del agotamiento y desgaste de la izquierda progresista con carencia de definición en políticas de Estado, por que ya va por su tercer año de mandato, pero con pocos meses el frente que sostiene el gobierno de Boric en Chile, Apruebo Dignidad, se lo ve por el mismo camino. Aunque quedan dos escenarios importantes por ver que ocurrirá, Brasil y Colombia, todo indica que se viene una nueva oleada de derechas, que en el caso de no consolidar el poder presionaran a tal punto de lograr un giro centrista de las izquierdas reformistas regionales, como hemos visto ya con el Frente de Todos emulando al gobierno de Macron. Cuanto más tarde en surgir una alternativa de izquierda popular y sin miedo a buscar gobernar, más crecerá el cuco del neo fascismo, que en realidad no es más que la expresión más reaccionaria del neoliberalismo.

 

Y todo esto es por una sencilla razón, a los obreros no les importan las siglas y los espectros políticos, buscan propuestas, quieren paz, pan y trabajo. Y por mucho que el Partido Comunista Revolucionario y la CCC con sus dos diputados, o el resto de partidos de izquierdas como Partido Comunista y Frente Patria Grande mantengan en su discurso socialista de paz, pan y trabajo que en Argentina se traduce a tierra, techo y trabajo, no van a acaparar el descontento popular, pues ante los ojos de los obreros al seguir integrando el Frente de Todos siguen formando parte del oficialismo, y como tal para las mayorías ningún partido que integre el oficialismo, ninguna interna, por buenas intenciones que tengan, en el oficialismo, son de confianza. Como no surja una alternativa popular, y la estrategia sea sostener el frente de gobierno, lo que vamos a ver es París: nuestro Macron (Fernandez) siendo reelecto como mal menor, y una próxima crisis que va a acaparar la derecha.

 

Latinoamérica tiene que elegir entre Syriza o MAS-IPSP. Entre moderarse y ganar el apoyo de la elite, o seguir firme por el mismo camino que fue un éxito, aunque implique enormes confrontaciones con el imperialismo y el poder concentrado. Nótese que ni siquiera hablo de Lenin o Castro, Bolivia con el MAS-IPSP es un ejemplo, ojalá también lo sea Honduras con Libres. Lo que está claro es que Boric y los nuevos dirigentes de izquierda en la región no pueden seguir el camino de Alberto Fernandez.

Con Massa los ricos salen ganando

Mientras los sectores populares son condenados a hacerle frente a los incrementos mayores de los previstos o directamente no previstos, los ricos y dueños de las energéticas como Vila y Manzano, señalados como del círculo íntimo de Massa, aparecen como dos grandes ganadores del ajuste por ser los dueños de Edenor. Pero no son los únicos, ya que el año pasado, el Ente Regulador de Energía Eléctrica (ENRE) autorizó la venta del 51 % de las acciones por parte del Grupo Pampa Energía (de Marcelo Mindlin) al trío Vila-Manzano-Filiberti, que pasaron a ser los accionistas mayoritarios. La operación había sido cerrada el año anterior y en su momento se difundió que se firmó un pacto de confidencialidad al respecto.

 

Edenor en los barrios donde tenía detectado un alto índice de atrasos en la pago de las facturas, decidió que el servicio de electricidad de ahora en más, no sería a través del medidor convencional, sino a través de uno recargable en el que el kilowatt se encuentra tarifado un 25 % más caro.

 

Marcelo Mindlin es el presidente del grupo Pampa Energía y accionista de SACDE que junto con Techint se quedó con tres de tramos de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. Pampa Energía es la primera productora de generación eléctrica de nuestro país. Es dueña de 9 centrales termoeléctricas, 3 hidroeléctricas y 3 parques eólicos. Transportadora Gas del Sur que pertenece a Pampa Energía también subió sus acciones en un 25,5 %, desde la asunción de Massa.

 

Al juego se suma Nicolás Caputo, conocido como el “amigo del alma” de Macri, quien es accionista de Central Puerto. Hace unos días se conoció que Darío Martínez, antes de abandonar su cargo como secretario de Energía, emitió una resolución mediante la que se establece una reactualización de los precios (un 30 % de aumento en el valor de la energía retroactiva a febrero). Si a eso le sumamos un 10 % más de aumento que se hizo efectivo en junio, Central Puerto terminó ganando unos $ 8.000 millones justo en un momento en el que estaba a punto de ir a la quiebra. Además, Mirgor, otra propiedad de Caputo, también tuvo un aumento en el valor de sus acciones durante la breve gestión del superministro.

Crece la pobreza, el hambre y la precarización

Según calculó la Junta Interna de ATE Indec $ 179 mil debería ser lo mínimo que gane un obrero en nuestro país. Es la elevada inflación la que profundiza la caída del poder adquisitivo y por ende un claro crecimiento de la pobreza. Se trata de la inflación más alta desde 2002 y se profundizará luego de que el gobierno anunciara aumentos de tarifas de los servicios públicos.

 

También los trabajadores denuncian la precarización laboral en el Estado. Muchos trabajadores son monotributistas y el documento advierte que “a la pérdida del poder adquisitivo general, se le debe sumar la no percepción de medios aguinaldos, presentismo y las exiguas sumas fijas que el gobierno otorga como paliativo. Por ejemplo, tomando un salario neto mensual de $60.947.-, sólo en los últimos 56 meses, ha perdido la suma de $ 707.883.-, el equivalente a 19.79 sueldos”.

 

Según las cifras más recientes y oficiales, el 37,2 por ciento de la población argentina vive por debajo del umbral de la pobreza, lo que corresponde a la enorme cifra de 17,4 millones de personas. Para ellos, la actual tendencia inflacionaria es una catástrofe humanitaria, porque los pocos pesos que tienen se están volviendo cada vez menos valiosos. Pero estos datos son del mes pasado, contemplando el aumento de la inflación y la caída del poder adquisitivo, más una tendencia en la que cada día 2.800 argentinos caen en la pobreza, estamos sobre o arriba del 40%.

 

Además, cabe destacar que en Argentina, en sólo un año, más de 160.000 profesionales perdieron su empleo. A esto sumarle que de acuerdo a los informes de Mercado de Trabajo de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec el 80% de los empleos recuperados son informales. En total de los 600.000 puestos de trabajo que se recuperaron en el período analizado (2021), solo 100.000 se generaron dentro del sector registrado. Los otros 500.000 son trabajadores en negro.

 

Y ni hablemos de la Ley de Humedales que cajonean para no incomodar a los intereses de la oligarquía, el agronegocio y el lobby inmobiliario. Sabemos que la derecha peronista que dirige el FdT hoy es y ha sido siempre aliada de los grupos poderosos que viven de contaminar nuestras tierras.

No hay lugar para la clase obrera en el Frente de Todos

El gobierno criminaliza las organizaciones sociales y amenaza a los planes sociales sin llegar a un acuerdo favorable al Salario Básico Universal. Dirigentes como Juan Grabois y Ofelia Fernandez se han mostrado críticos al Frente a tal punto de amenazar con irse si no se tienen en cuenta los reclamos de la clase obrera.

 

Pese a la despolitización y desmoralización creciente, en Argentina todos los días hay un piquete, una protesta, una asamblea por un plan de lucha. Lejos de ver allí, el gobierno busca a los sectores poderosos, para escucharlos y tomar sus reclamos. La subida del Frente Renovador, es decir la derecha peronista, al gabinete nacional y sus primeras políticas no han hecho más que confirmar que el Frente es de unos pocos. Pero este proceso se venía dando desde mucho antes.

 

Para algunos sectores de la izquierda en el FdT la estrategia es construir un espacio interno de disputa en el Frente de Todos, para otros sectores la única estrategia es salir del frente y dejar de ser cómplice de las políticas de ajuste de este gobierno. Mientras estos sectores de izquierda discuten qué hacer (Patria Grande tendrá un Congreso sobre ello) la clase obrera sigue en la calle por un plan de lucha por sus derechos y contra el ajuste y los tarifazos del gobierno.

 

Cada quien sabrá que hacer frente a este escenario, lo que está claro es que el margen de disputa en el Frente de Todos es ya muy reducido y por fuera de la comunidad militante nadie cree en las promesas del gobierno y los discursos oficialistas que salen del Frente de Todos, que ya traicionó al pueblo.

 

También los trabajadores denuncian la precarización laboral en el Estado. Muchos trabajadores son monotributistas y el documento advierte que “a la pérdida del poder adquisitivo general, se le debe sumar la no percepción de medios aguinaldos, presentismo y las exiguas sumas fijas que el gobierno otorga como paliativo. Por ejemplo, tomando un salario neto mensual de $60.947.-, sólo en los últimos 56 meses, ha perdido la suma de $ 707.883.-, el equivalente a 19.79 sueldos”.

 

Según las cifras más recientes y oficiales, el 37,2 por ciento de la población argentina vive por debajo del umbral de la pobreza, lo que corresponde a la enorme cifra de 17,4 millones de personas. Para ellos, la actual tendencia inflacionaria es una catástrofe humanitaria, porque los pocos pesos que tienen se están volviendo cada vez menos valiosos. Pero estos datos son del mes pasado, contemplando el aumento de la inflación y la caída del poder adquisitivo, más una tendencia en la que cada día 2.800 argentinos caen en la pobreza, estamos sobre o arriba del 40%.

 

Además, cabe destacar que en Argentina, en sólo un año, más de 160.000 profesionales perdieron su empleo. A esto sumarle que de acuerdo a los informes de Mercado de Trabajo de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec el 80% de los empleos recuperados son informales. En total de los 600.000 puestos de trabajo que se recuperaron en el período analizado (2021), solo 100.000 se generaron dentro del sector registrado. Los otros 500.000 son trabajadores en negro.

 

Y ni hablemos de la Ley de Humedales que cajonean para no incomodar a los intereses de la oligarquía, el agronegocio y el lobby inmobiliario. Sabemos que la derecha peronista que dirige el FdT hoy es y ha sido siempre aliada de los grupos poderosos que viven de contaminar nuestras tierras.