El fantasma de la unidad

Una autocritica de una compañera peronista en base a los planteamientos de unidad porque si de Fuerza Patria. La compañera Judith Mansilla problematiza sobre las alianzas electorales y el debate sobre el fantasma de la "unidad".

La organización es esa herramienta programática que nos habilita a pararnos y hacer análisis de la coyuntura que estamos atravesando. En la política urge que estos análisis no se hagan en vano, que no sean una estructura vacía. No alcanza con que un par de políticos expresen que el pueblo la está pasando mal, no se llega a fin de mes, que peligra el acceso a la educación y a la salud pública. Como sociedad necesitamos en estos momentos una política que esté a la altura de las exigencias del momento. 

El campo popular necesita un espacio de autocrítica, sin esto, no vamos a encontrar herramientas o pensar estrategias para volver a convencer a la sociedad de que en la política se puede encontrar un futuro y se puede devolver la felicidad y el buen vivir al pueblo argentino.

¿Qué presente estamos caminando?

Antes de las elecciones de uno de los gobiernos más deshumanizantes que ha pasado en Argentina en el 2023, ya se analizaba cuáles eran las medidas de gobierno que Milei y su gabinete iban a tomar, lo que iban a hacer con el Estado y sus instituciones, eran variados los peligros que se visualizaban. 

 

Teniendo esto como ejes de discusión, la militancia del campo popular, nos atrincheramos en el discurso de el Estado garante de derechos, sostuvimos que: “vienen por tus derechos”; “vienen por la educación pública, por la salud pública”; los derechos laborales; y el contexto mismo nos devolvía otra realidad; En campaña del 2019 se prometió comenzar por los de abajo y esto fue un fracaso, los sectores populares siguieron haciendo malabares para poder subsistir.

 

Llegó al gobierno el liberalismo con un discurso de destruir todo a su paso, y fundamental al Estado que, segun su logica, es el causante de todo los males que hoy atraviesa la sociedad, y es el principal obstáculo para que lo privados se hagan con la fortuna y los recursos naturales de nuestro país. Esto caló en la sociedad, los convocó a elegir las viejas recetas con consignas nuevas, fundadas desde el cansancio y el enojo resultado de malas gestiones de gobierno.

La unidad como fetiche paralizante

La detención de Cristina Kirchner, la dirigenta más importante del peronismo en las últimas décadas, fue un duro golpe que la militancia peronista no se esperaba. Con esto comienza un proceso de intentar reconfigurar los espacio de militancia sin que nos lleven puesto en el camino, porque con ella fuera, se tensan las relaciones dentro del peronismo y por ende la principal fuerza de la oposición, con una interna interminable, sin ideas claras, ni concretas que posibiliten, por un lado, convocar a la militancia, y por otro, ser una oposición superadora al gobierno de Milei. 

 

En el terreno de lo electoral, que es lo urge para algunxs, y razón por la cual fue tan rápido este fallo de la corte, ¿Qué se propone como solución a esto?, unidad, el famoso cuento de la unidad de todos los espacios; ¿cuáles son las ideas o ejes programáticos que movilizaran a esa unidad?, ¿solo un escenario electoral?, ¿qué hacemos con salud, la seguridad social, la educación, la violencia digital en manos del gobierno que avanza contra las mujeres, el colectivo lgbtiq+, las personas con discapacidad? 

 

Ofelia Fernandez, militante feminista y perteneciente al partido Patria Grande, analiza esta unidad y la denomina un fetiche paralizante, entendida como una excusa que vendría a resolver las problemáticas del pueblo con aritmética política, es decir, solo un análisis cuantitativo donde se pretende construir solo nuevas mayorías políticas, con los votos de este, con los votos del otro, antes que construir una renovación en lo social, con mayorías sociales articuladas a partir de ideas, de cómo vamos a volver a convocar a la sociedad, “cuál va a ser ese nuevo vector que reconfigure el escenario político” que habilite la convicción y movilización de lo social. 

 

Continúa con esta idea y plantea que, se debe romper con la sola obsesión de armados electorales, no seguir pensando dónde se van a parar en la próxima elección sino poder entender las fuerzas políticas partiendo de comprender políticamente a nuestra generación. Es que, si hablamos en términos electorales, una de las tendencias más fuertes que hemos visto en las últimas elecciones es el ausentismo, por esto la necesidad de pensar que pasa por fuera de lo electoral que no se está pudiendo leer, y que gran parte de esto de debe a la falta de escucha a los sectores más jóvenes tanto quienes somos militantes, como quienes no lo son, y, algunxs, con justas razones. 

¿Hay una construcción de liderazgos por fuera de la figura de Cristina?

Retomando a los planteamientos de Ofelia fórmula que no estamos en un momento de pensar en liderazgos sin antes construir una agenda con anclaje en la realidad, para que ese liderazgo construido tenga una razón de ser. Varixs pensaran que esta agenda está clara por el arraigo a lo que haría un gobierno peronista en el poder, ¿pero esto realmente es así? Tenemos una dirigencia que no convoca, que no convence, que sostienen viejas recetas en un escenario político diferente, dinámico, que expresa la urgencia de renovación generacional dentro de este espacio político. 

 

Si el peronismo fue el movimiento popular que supo convertir algunos reclamos  del movimiento obrero en políticas de Estado, garantizando mejores condiciones de vida, de dignidad y la convicción de un pueblo de su poder y sus derechos; fue porque tuvo la capacidad de hacer una lectura crítica del clima político y social del momento. 

 

Frente a esta coyuntura y la falta de construcción de ejes programáticos dentro del peronismo Ofelia analiza que “los núcleos de pensamiento del movimiento peronista hoy están rotos”,“Salvo a Juan y a Cristina a nadie se le cae una idea” la dirigencia que hoy dice representar al campo popular no concibe que al sujeto que se dirige ya no es más ese obrero, sindicalista y militante con derechos garantizados. Más de la mitad de lxs trabajadores trabajan en condiciones precarias e informales. 

 

Reconoce que es “hija política de Cristina”, que tiene un termómetro para poder comprender la realidad, también identifica que su militancia “termina produciendo una ilusión de cierto conservadurismo en Cristina, que no es cierto”,esta militancia tiene una tarea fundamental que es ser “buenos hijxs políticos de esa experiencia” y “preguntarnos cómo vamos a inventarle una nueva configuración política a una nueva argentina desde nuestra historia, con la historia en en el corazón pero con el futuro en la cabeza”, frente a esto debemos tener una militancia organizada con las mejores herramientas de comunicación para poder transmitir las líneas y horizontes que nos presenta. 

Ser dignos interlocutores de lo que está pasando…

Nos encontramos frente a un escenario político dinámico, que el ejercicio de la política no está llegando al común de la gente, donde la confianza máxima reside en que lxs ciudadanxs vayan y voten por el menos peor, sin propuestas contundentes que convoquen, lo que ofrecen son internas y discusión de lugares. Lo que pasa dentro de la interna peronista no le interesa a nadie, no resuelve nada, no viene a construir nada, son un grupo de varones midiéndose políticamente a ver quien tiene mas poder; Si esta generación de la política no se renueva con nuevas ideas y programas pensando en los problemas de la clase obrera, no vamos a llegar a construir estrategias que nos permitan vivir mejor. 

 

Necesitamos construir capacidades ofensivas que nos posicionen como la resistencia a este gobierno deshumanizador, marcando la agenda en lo que realmente afecta a la sociedad argentina. Buscando a aquelles compañerxs desilucionadxs, escuchar que propuestas e ideas tienen, las bases de nuestro movimiento, toda esa militancia que se encuentra en los territorios, no solo decirlo, estar efectivamente ahí. 

 

La tesis que este gobierno es fácil, accesible, vienen a destruir todo eso que está mal, y todo lo que está mal es lo público que le roba a las personas de bien para que los demás vivan, basado en el sentido común de un libertario promedio; Estxs pudieron reconocer y leer una realidad política luego de la pandemia, producto de un aislamiento que tuvo como consecuencia una desconexión creciente de lo colectivo dando paso a un proceso de deshumanización, no se dimensiona la inmensidad del problema que transitamos con un Estado que ejerce violencia institucional de forma cotidiana hacia amplios sectores de la sociedad, respaldado por un discurso que divide a los argentinos de bien y les demás.

 

 Confiar en que este gobierno está acabado, que en algún momento se va a equivocar o que va  a terminar yéndose en un helicóptero no sirve, no podemos seguir repitiendo discursos políticamente correctos, con frases idealizadas sin tener materializadas las políticas de las hablamos, o un plan de buen gobierno que nos permite poder planificar y  esquematizar las razones por las cuales queremos volver a ser gobierno.

 

Si nuestro único horizonte es la nostalgia de rememorar buenos años de gobiernos populares que le devolvieron la dignidad al pueblo, vamos a seguir chocandonos con esos problemas que se vienen acarreando hace varios años. Desde las bases del peronismo se tiene la exigencia de poder traducir las banderas de justicia social, independencia económica y soberanía política en un programa de gobierno, en un escenario que nos encontramos con nuevos actores “outsiders” de la política, con problemáticas estructurales, como el desempleo, la precarización, la pobreza e indigencia, etc.

 

  Ante una agenda construida desde la violencia, deshumanización y ridiculez, nuestro discurso no puede seguir siendo “que malos son”, “no pueden hacer esto”, la arremetida que este espacio debe dar es con las herramientas que se han construido en el campo popular de la mano de la formación y la experiencia política, rompamos con el conservadurismo que estamos sosteniendo, escuchemos a las juventudes, mujeres, el colectivo lgbtiq+, no sigan haciendo falsas promesas, construyan codo a codo con las bases del movimiento. Impulsemos un programa de gobierno con propuestas concretas, pensadas desde los territorios, los barrios populares, las universidades. La salida siempre es colectiva, con les compañeres al lado. Volvamos a convencer a nuestro pueblo que se puede vivir mejor, que se puede ser feliz.