Tras el allanamiento que la jueza María Servini ordenó de las oficinas de Gendarmería, se confirmó que la investigación interna por el ataque de un efectivo al fotoperiodista Pablo Grillo del 12 de marzo se cerró solamente una semana después del hecho.
El fotógrafo Pablo Grillo fue gravemente herido mientras intentaba cubrir la represión a los jubilados frente al Congreso. El acusado de dispararle es el gendarme Héctor Guerrero.
A cuatro meses de aquel episodio que casi mata al fotoperiodista durante la represión del 12 de marzo en CABA, Gendarmería cerró su sumario interno en solo 24 horas y culpó a Pablo por «ubicarse en la línea de tiro», desligando así la responsabilidad al cabo Héctor Guerrero, autor del disparo.
La evidencia fílmica recopilada por Mapa de la policía y testimonial contradice cada línea del informe. Guerrero disparó a la altura del rostro, en dirección recta y sin respetar los protocolos, que indican que ese tipo de armas deben dirigirse al suelo y en ángulo oblicuo para evitar daños letales. Sin embargo, la propia fuerza lo exime de todo reproche, repitiendo que fue un «hecho fortuito».
Mientras Pablo Grillo continúa en rehabilitación, el Estado opera para encubrir a su agresor. No hay sanción, no hay investigación seria, no hay responsabilidad institucional. Solo impunidad avalada por la ministra Bullrich, que no solo permite estas prácticas, sino que las promueve.
Con información de El Resaltador y El Destape.