
Durante el Cuarto Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), el presidente Xi Jinping presentó las líneas estratégicas del plan, que orientarán el desarrollo nacional durante el próximo lustro. Según los medios oficiales, el texto enfatiza la necesidad de aplicar de forma “completa, científica y precisa” el espíritu de la planificación estatal, guiando a cada región a actuar de manera coordinada dentro de un enfoque sistémico de desarrollo.
En palabras de Xi, “hay que saber tocar el piano”: planificar el presente sin perder de vista el largo plazo, equilibrar las prioridades y actuar con visión integral.
El nuevo programa económico busca fortalecer el mercado interno, reducir la dependencia de las exportaciones y consolidar un modelo productivo basado en la innovación tecnológica y la autosuficiencia industrial, especialmente en sectores estratégicos como los semiconductores, la energía limpia y los materiales críticos.
Analistas señalan que esta transición podría reducir la demanda de manufacturas, pero abrirá nuevas oportunidades para alimentos, energía y bienes de alto valor, áreas donde América Latina puede posicionarse como socio clave.
El primer Plan Quinquenal de China fue lanzado en 1953. Este buscó transformar una economía agrícola en una potencia industrial. Desde ese momento, cada plan marcó hechos importantes: el impulso a la reforma y apertura en los años 80, al salto hacia la innovación y la sostenibilidad en el siglo XXI.
Durante más de 70 años, estos programas fueron el instrumento central de la política económica del país. Fueron guiando las decisiones en materia de desarrollo, industria, innovación y bienestar social. Además, de trazar la ruta de crecimiento para establecer un rol protagónico en la esfera global.