Siempre que se habla de una “alternativa a X” –ex Twitter–, probablemente pensamos que está condenada a fracasar. Pero, ¿y si existiera una alternativa desarrollada por el propio fundador de la red social, que ahora controla Elon Musk? En ese caso, hablamos de Bluesky, o la vuelta de Twitter.
La plataforma BlueSky, más conocida como el “Twitter alternativo”, ya superó los 20 millones de usuarios y suma 1 millón de nuevos miembros por día. El motivo es claro: su creación se debe a la falta de democracia en X – ex Twitter – desde que Elon Musk compro la red social, utilizándola con fines políticos a favor de Trump, y censurando los contenidos que no encajan con su ideología.
De momento, está lejos de alcanzar la cantidad de usuarios de X, pero ya compite con Threads, la alternativa de Meta. Podemos destacar que, al ser creada por ex Twitter, tiene un mejor diseño y, a diferencia de las otras plataformas, su contenido está organizado algorítmicamente para generar interacciones. Además, no se basa en las tendencias que buscan imponernos las corporaciones detrás. También cabe mencionar que es de código abierto, y por ahora no tiene publicidad.
La red BluSky fue fundada por Jack Dorsey, ex cocreador de Twitter. En sus comienzos, sumaba usuarios solo por invitación hasta el mes de febrero, ya que estaba en fase beta. Para finales de agosto, tenía 6 millones de suscriptores, en octubre 11 millones y 15 millones hasta el 15 de noviembre. Hace unos días, con el anuncio de una nueva actualización de la aplicación, dieron la noticia de tener 20 millones de usuarios.
Las cifras de Bluesky siguen siendo muy inferiores a las de la otra plataforma que compite para ser una alternativa a X, Threads. La misma fue lanzada por Meta a mediados de 2023, y hoy cuenta con 275 millones de usuarios. Sin embargo, según algunas mediciones, BlueSky ya tendría la misma cantidad de usuarios activos que Threads en Estados Unidos.
La nueva plataforma de Dorsey, busca competir directamente con X (propiedad del magnate Elon Musk, el hombre más rico del mundo), y Threads, un producto Meta (fundada por Mark Zuckerberg, el cuarto hombre más rico del mundo). En este sentido, BlueSky, que está dirigida por Jay Graber, una ingeniera de 33 años, tiene solo 20 empleados y una filosofía distinta a las otras plataformas.
La empresa utiliza el protocolo AT, el cuál permite crear una plataforma descentralizada, es decir, que no dependa de la compañía para funcionar. Además, es de código abierto, lo que significa que cualquier persona que sepa programación, puede entender cómo funciona y utilizar su código para desarrollar, sea para mejoras o para el desarrollo de otra plataforma. En ese sentido, sigue lineamiento similar a la filosofía Linux, es decir, no se trata de una empresa anticapitalista, pero si se basa en la comunidad para su desarrollo.
También se muestra como alternativa Truth social, la plataforma que desarrollo Donald Trump tras su censura en Twitter, pero que rápidamente abandonó al comprar su socio Elon Musk, y convertirla en X. La diferencia es la misma que con X, ya que Truth social nunca busco ser una alternativa, si no fue una estrategia temporal de Trump para no dejar de dar la “batalla cultural” en las redes sociales. Aunque si comparten algo en común: sus usuarios vienen de X – antes Twitter – y tienen una clara ideología política: en el caso de la plataforma de Trump fue (y aún lo es ya que está activa) un nicho de fans del electo presidente de EEUU; mientras que en el caso de Bluesky, los usuarios son mayoritariamente opositores a las ideas de ultraderecha que promueve, de forma poco democrática, Elon Musk en X.
Veremos como se desarrolla con el pasar de los meses, y si puede ser una verdadera alternativa a las actuales plataformas, o terminará siendo otro intento que no prosperó. De momentos sabemos que cuenta con una ventaja: sus creadores son personas con experiencia en el trabajo de redes sociales, y su principal competidor, Musk, está mas preocupado por hacer bajada de línea liberal libertaria en X que en desarrollarla como el medio que pretendía construir bajo la filosofía de Weibo, la plataforma unitaria de China que comenzó como una app de mensajería y termino siendo un todo en uno.