Tras la masacre contra el campamento de refugiados, Tal as-Sultan ubicado en Rafah, varios países y organizaciones globales han condenado abiertamente esta ofensiva militar que asesinó a más de 50 palestinos.
Mas de 50 personas murieron y decenas resultaron heridas el domingo en el bombardeo israelí de un centro para personas desplazadas en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, informó el ministerio de Salud del gobierno de Hamas. La Defensa Civil gazatí confirmó el ataque contra ese centro y detalló que alberga a unas 100 mil personas, mientras la Media Luna Roja Palestina señaló que el lugar “había sido designado por la ocupación (israelí) como zona humanitaria”.
Se trata de una zona que fue catalogada anteriormente como “segura” según el ejército de ocupación, y que es administrada por la ONU como un espacio que alberga a miles de familias palestinas desplazadas. Sin embargo, la Defensa Civil de Gaza informó que varios de los asesinados por las fuerzas de ocupación de Israel fueron quemados vivos y muchos cuerpos fueron derretidos junto con sus carpas.
Cabe destacar que se confirmo que las bombas lanzadas por Israel en Rafah habrían sido fabricadas en Estados Unidos. Así lo informo Times quien afirma que: “los restos de munición filmados en el lugar del ataque al día siguiente eran de una GBU-39, una bomba diseñada y fabricada en Estados Unidos”. En este sentido, hubo manifestaciones en todo el mundo por el fin al genocidio y el negocio bélico que hace el imperialismo con Israel.
El primer ministro israelí, condenado a prisión por la Corte Internacional Penal, Benjamin Netanyahu, afirmó que la muerte de civiles en Rafah era un “trágico accidente” y que se iba a iniciar un investigación al respecto. Por su parte el Pentágono defendió que la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel en Rafah tuvo un alcance limitado y, aunque calificó de “horrible” el ataque sobre el campo de desplazados, pidió esperar a los resultados de la investigación israelí.
A su vez, Hamas cargó contra el gobierno de Estados Unidos por “mirar a otro lado” y “negar la existencia de las horribles masacres” cometidas por Israel contra desplazados en la ciudad de Rafah. El movimiento palestino insistió en que las declaraciones de la Casa Blanca “indican el desprecio de la administración estadounidense por las vidas de los civiles y su complicidad en su asesinato, especialmente ante el surgimiento de investigaciones preliminares que apuntan que las bombas usadas contra los desplazados eran de fabricación estadounidense”.
En Argentina no podemos hacer la vista gorda cuando el presidente establece relaciones carnales con Israel, reivindicando y festejando el genocidio en Palestina. Por eso, es necesario que sigamos apoyando la lucha del pueblo palestino, como están haciendo los pueblos de todo el mundo, y exigir bien fuerte que se respete el derecho a vivir en paz. Reconocimiento de Palestina como Estado-Nación, cese inmediato al genocidio de Israel con complicidad de EEUU y la UE y juicio a todos los responsables.