Observaciones sobre
las elecciones en Santa Fe

¿Revertida peronista o crisis de identidad?

En Rosario, Juan Monteverde ganó las elecciones y rápidamente los medios festejaron una victoria del peronismo en la ciudad por primera vez desde Perón. Al margen de que no es ni se define como peronista, un dato no menor es que la provincia tuvo la participación más baja en décadas. No podemos afirmar aún que haya una revertida, menos por parte del peronismo, pero sí nos corresponde observar.

 

En términos generales, Pullaro ganó 17 de 19 ciudades. La ciudad más importante, es decir, Rosario, fue para Juan Monteverde de Ciudad Futura en una alianza con el PJ. El dato más importante es que solo el 52% de la ciudadanía fue a sufragar, repitiéndose lo que ya vemos en muchas provincias: una ciudadanía que no le interesa el orden político. Como planteó hace poco el filósofo Diego Sztulwark, lo que observamos es que se genera un rechazo masivo pero pasivo hacia el orden político.

 

Definir a Monteverde es un poco confuso. En realidad, no es del PJ, como suelen mencionar en casi todos los medios. Su partido es Ciudad Futura, un partido progresista que solo existe en Santa Fe. No obstante, desde hace un tiempo ensaya un frente con el PJ rosarino, al que le ha ganado las internas. Lo que le destaca es su programa, distinto al del peronismo tradicional, los radicales y las derechas, ya que se centra en los debates de las asambleas ciudadanas en las que participa su espacio.

 

Monteverde también reconoce la baja participación electoral en la que se da su triunfo. En una entrevista con Alejandro Bercovich, dijo que: “Lo que pasa es que la gente no se siente representada. Peor aún: cree que no hay un vínculo entre lo que pasa en la política de palacio y en su vida cotidiana. Mientras ese vínculo esté roto, la representación política va a ser imposible. Por eso va cada vez menos gente a votar”.

 

De hecho, su origen es el Movimiento Giros, que nace a raíz de la autogestión y la organización asamblearia después de la enorme crisis de representatividad que dejó el neoliberalismo después de que estallara la crisis en 2001.

 

En realidad se trata de un armado muy amplio. No podemos no mencionar que, para poder llegar a donde llego, también necesito hacer una alianza con todo el arco del peronismo. Desde el PJ tradicional hasta el massismo, pasando por La Cámpora y el Evita, son sus aliados. Del peronismo solo quedaron fuera Principios y Valores y Patria Grande. La izquierda en Rosario fue en dos frentes: el Frente Amplio por la Soberanía (FAS) y el FIT-U. Eso sí, el FAS, luego de no pasar las primarias, decidió acompañar a Monteverde, al igual que Patria Grande.

 

Lo de Monteverde no es algo que llegue a sorprender a muchas personas. Venía de quedar segundo en las elecciones a intendente de 2023, superando al peronismo y otras fuerzas tradicionales. Sin embargo, es un fenómeno que parece repetirse en Santa Fe.

 

En la capital de la ciudad Patria Grande, en el frente Santa Fe en Común, sin el PJ y con una alianza de partidos de izquierdas, logró entrar al Consejo con su candidato Gastón “Tati” Restagno.

 

Con todo esto no queremos decir que Ciudad Futura en Rosario y Patria Grande en Santa Fe signifiquen un “giro a la izquierda” del electorado. Lejos está la sociedad de identificarse con la izquierda y la derecha, e incluso lejos está de interesarse por la política. Tampoco podemos definir tan livianamente que estas fuerzas sean de izquierda o sean peronistas. Lo que está claro es que el sector convencido que aún va a votar a las elecciones está presionando por “izquierda” al peronismo. La base electoral histórica del peronismo hoy se identifica más con Patria Grande y Ciudad Futura que con el Partido Justicialista.

 

Volviendo al principio, en términos generales, las elecciones que ya han ocurrido en las diferentes provincias nos han arrojado entre un 40 a 50% de abstención, salvo en Formosa, que es un caso aparte. Esto se traduce en una sociedad que cree que el orden político no tiene nada que ver con su propia vida.

 

Sin embargo, hay un sector que ha sido duramente golpeado por el gobierno que intensifica cada día más sus luchas. Esto no se traduce en un “se viene”, pero nos amerita preguntarnos cómo podemos articular al sector harto de la política con los sectores en lucha para avanzar hacia un estadio de protestas activas y no pasivas.