Con 153 votos a favor y 87 en contra, Diputados aprobó el veto del presidente contra el aumento a las jubilaciones. Un sector de la UCR se vendió, nuevamente, y voto a favor de Milei y en contra de su propio proyecto. En las afueras, Bullrich utilizo a las fuerzas armadas para darle a jubilados y hasta a niños. Necesitamos que la CGT llame a una huelga general cuanto antes, no se puede seguir viviendo así, porque esto no es vida.
Este miércoles 11 se realizo la votación en Diputados sobre el veto presidencial de Javier Milei a la reforma jubilatoria, el cual quedó firme porque no se reunieron los dos tercios necesarios para insistir con la ley. El presidente anarcocapitalista negoció con la UCR y gobernadores para lograr sostener su veto contra las jubilaciones. Sin embargo, podemos decir que se trato de un triunfo adentro del Congreso, y una derrota en el humor social y en la calle ya que hubo miles de personas en la protesta apoyando a los jubilados, a pesar de que las conducciones sindicales hicieron poco y nada para que sea más masiva.
Los dos tercios no se consiguieron por apenas 13 votos. Se necesitaba 166 voluntades (por la cantidad de presentes) y se consiguieron 153 afirmativos para insistir con la nueva movilidad. La defendieron Unión por la Patria, 14 del bloque de Pichetto (de 16), 26 de la UCR (de 33), el Frente de Izquierda, la Coalición Cívica y los diputados de Santa Cruz, y uno del MPN de Neuquén. Hubo solo 1 diputado del PRO que votó contra el veto: Álvaro González, de los pocos que quedan cercanos a Horacio Rodríguez Larreta.
El gobierno logró 87 votos con la colaboración directa del PRO, bloques afines como el de Zago, los 3 tucumanos ex Unión por la Patria y 5 diputados de la UCR. Si había asistencia perfecta, con 86 ya podían bloquear la insistencia.
Cabe mencionar que hubo radicales que se dieron vuelta, entre ellos se encuentran Mariano Campero (Tucumán), quien dice estar preocupado por el “equilibrio fiscal” pero viene de rebajar impuesto a los capitalistas; los mendocinos Lisandro Nieri y Pamela Verasay, quienes responden al gobernador Cornejo; Soledad Carrizo, quien se desentendió de su voto anterior planteando no rechazar el veto completo.
Pero no fue esa la única ayuda, también aportaron las abstenciones de Innovación Federal (peronismo), porque eran votos que habían acompañado la media sanción y ahora restaron para los dos tercios. Se sumó a la abstención Lourdes Arrieta, la ex libertaria que visitó genocidas en Ezeiza.
A la vista queda que los partidos políticos patronales sacaron a relucir su verdadera naturaleza de clase, ofreciéndole al gobierno la posibilidad de vetar una ley que apenas recompone parcialmente las jubilaciones al servicio de los grandes capitalistas. Por eso, los jubilados, como las organizaciones de la clase obrera exigen una huelga general hasta tirar todo el programa político de ajuste, saqueo, entrega y hambre del gobierno liberal y sus aliados.
