Ibrahim Traoré es el presidente interino de Burkina Faso, también es el jefe de Estado más joven del mundo, con 35 años.
Cuando Traoré nació, en 1988, los franceses, en colaboración con un sector golpista de la fuerzas armadas llevaban las riendas de su país. Solo un año antes, el líder revolucionario del país, Thomas Sankara, fue asesinado.
Sankara fue un líder revolucionario que asumió el poder en 1980, después de derrocar a un gobierno pro-francés. Denunció las acciones de Francia en su país y comenzó un ciclo para mejorar la vida de su pueblo. Construyó decenas de escuelas que permitirían la alfabetización de miles de personas, otorgó acceso legal a las mujeres a distintos puestos de trabajo, emprendió una campaña en áreas rurales para vacunar y atender a las personas más vulnerables del país. También, priorizó que la producción de alimentos fuera para cubrir el hambre dentro de su país, y luego para exportar.
Sankara, que también dió nombre al país (antes de su llegada se llamaba Alto Volta, y pasó a llamarse Burkina Faso que significa ‘País de hombres íntegros’), fue derrocado y asesinado por un golpe de Estado orquestado por Francia.
Pero volviendo al presente, Traoré es hijo de ese país que volvió a la influencia francesa tras la muerte de Sankara. De hecho, es hijo de un país que tuvo un dictador interrumpido por 32 años, aliado de París. En ese lapso, el hambre volvió a ser un problema serio en el país, no se construyeron más escuelas, tampoco hospitales y, encima, el extremismo islámico avanzó en el país, recortando libertades civiles y sociales.
En septiembre de 2022, Traoré y oficiales jóvenes, influenciados por las ideas de Sankara, emprendieron un golpe de Estado para apartar al gobierno que seguía alejado de los problemas comunes.
Desde entonces, las reminiscencias discursivas y visuales de Traoré con el histórico Sankara son indudables. Pero va más allá, hace solo dos días, en la cumbre Rusia-África, Traoré anunció un programa nacional de alimentos para que la producción cerealera del país se vuelque primero a luchar con el hambre, y el excedente se exporte, retomando la idea de Sankara.
Fuente: @geograficahistoria1