Las personas trans en Estados Unidos enfrentan un genocidio. La Segunda Enmienda es la respuesta.

El Día de la Venganza Trans es un meme que circula en internet desde hace años, pero que este último 1 de abril se materializó en una fallida protesta en Washington DC organizada por el grupo radical TRAN (Trans Radical Activist Network) en respuesta a la fuerte violencia y discriminación tanto social como estatal que sufren las personas trans en Estados Unidos. Desafortunadamente, la masacre de Nashville unos días antes y la controversia general que rodeó al evento distrajo de la necesidad urgente de detener el genocidio que se está gestando en el país norteamericano contra su población transgénero.

Los diez pasos del genocidio fueron identificados por Gregory Stanton, presidente de Genocide Watch, y describen el proceso gradual por el cual un grupo de personas se convierte en el foco de una campaña de exterminación. Estos pasos incluyen la clasificación, simbolización, discriminación, deshumanización, organización, polarización, preparación, persecución, el exterminio y la negación.

El primer paso (clasificiación) está clarísimo: las personas trans son frecuentemente clasificadas como degeneradas o anormales tanto por los medios, organizaciones de la sociedad civil o funcionarios públicos. La violencia simbólica como la malgenerización o los necrónimos (referirse a una persona por su nombre de nacimiento, comúnmente llamado “deadname”) son lo de menos. Las mujeres trans están siendo sistemáticamente excluidas de competencias deportivas, especialmente en el ámbito escolar. Algunos proponen una liga deportiva directamente segregada.

La simbolización es la manifestación visual del odio. Con la prohibición de los bloqueadores de pubertad en muchos estados conservadores, se proponen ser capaces de identificar a las personas trans visualmente con más facilidad al obligarlas a pasar por el proceso que desarrollaría con creces las características sexuales secundarias del género que no les corresponde. Se está intentando evitar que las aseguradoras de salud cubran el tratamiento hormonal incluso en adultos. En algunos casos, ni siquiera se permite el cambio de género en documentos estatales, señalando directamente como transgénero a cualquiera que requiera mostrar una identificación o partida de nacimiento.

El tercer paso es la discriminación: el grupo dominante niega sus derechos civiles al grupo señalado. Es rampante la discriminación en áreas como el acceso a la salud, el empleo, el hogar y la educación. Los llamados “bathroom bills” que se están debatiendo en las legislaturas de varios estados prohibirían a las personas trans acceder a algo tan básico como un baño público sin riesgo de ser violentadas. Tennessee fue más allá: han aprobado un “drag ban” que prohíbe las manifestaciones públicas de “imitadores del otro género” con una conceptualización tan laxa de qué corresponde a un imitador que es capaz de aplicarse sobre gente que simplemente está viviendo su día a día como el género que les representa.

La deshumanización pasa por lo social, cuando se empieza a percibir al grupo “diferente” como poco o nada merecedor de derechos humanos o dignidad personal. Cada vez más se señala a las personas trans como pedófilos, groomers, pervertidos o depredadores sexuales. ¿Por qué? No hay por qué. Las razones pueden ir desde necesitar ir al baño hasta proteger la dignidad, privacidad y seguridad de los menores trans.

Los genocidios siempre son planeados y organizados. El régimen del odio entrena a aquellos que van a ejecutarlo. Hay un creciente movimiento de agrupaciones como la alianza LGB (la cual recientemente se está alejando de la B) que creen que las personas trans deberían ser erradicadas, y este movimiento se está organizando de forma alarmante. Los grupos como las TERFs (feministas radicales trans-exclusivistas) y otros activistas anti-trans propagan su mensaje por todos lados y organizan protestas para promover su dañina ideología. Figuras como J.K. Rowling lideran y financian a estos grupos en todo el mundo. Hace pocas semanas, la organización fascista Proud Boys quiso entrometerse violentamente a un evento de drag queens leyendo historias a niños. Por supuesto, las travestis no se quedaron atrás y los sacaron a los zapatazos. 

La polarización es el resultado de la propaganda reaccionaria producida por los grupos de odio. Así como los nazis usaban Der Stürmer para incitar la animosidad contra los judíos, medios como Fox News, The Daily Wire y demás propagan esta desinformación. El mes pasado en la CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora), el comentador político Michael Knowles (Daily Wire) no titubeó al declarar que “el transgenerismo debe ser erradicado por el bien de la sociedad” (sic).

Este último comentario de Knowles nos lleva derecho al siguiente paso: la preparación. Eufemismos como “la solución final” no parecen ser siquiera necesarios, están abiertamente llamando a la exterminación de la población trans. Estos actos genocidas son muchas veces disfrazados como autodefensa: “la guerra contra el terrorismo” en Argentina durante los 70s, por ejemplo. Hoy en día, su caballito de batalla preferido son los niños. ¿Alguien puede por favor pensar en los niños? Si no son víctima del lavado mental que los convertirá en, Dios nos libre y nos guarde, transgénero, lo serán de los malvados travestis en un baño público.

La cosa se pone pesada en el paso 8, persecución. Se identifica a las víctimas y se las segrega. Se arman listas negras, como lo está haciendo el gobernador de Florida (y favorito del Partido Republicano para candidato a presidente) Ron de Santis al ordenar a las universidades y escuelas que entreguen datos sobre sus estudiantes trans. También en Florida, se propuso legislación para que padres separados de niños trans puedan secuestrarlos y llevarlos a su estado sin permiso del guardián legal ni del estado del que los están retirando por la fuerza.

Fuera del plano legal, la población trans es sujeto de persecución y violencia diariamente en los Estados Unidos, en números que aumentan periódicamente. La cantidad de personas asesinadas es cada año mayor, y muchos más sufren acoso, agresiones físicas y discriminación.

Los pasos finales del genocidio son la exterminación y posterior negacionismo. Por suerte (o, más bien, por desgracia), el país de la libertad va por el paso 8 de 10. Es claro que las personas trans estadounidenses están enfrentándose a una campaña genocida en su contra, y es importante resaltar la necesidad de defenderse. Esto incluye armarse si así lo ven necesario. La Segunda Enmienda de su Constitución les da el derecho a portar armas y organizar milicias. Por mal que suene, la realidad en la que viven clama por ello. 

Todos tienen el derecho a la autodefensa y, de continuar este proceso de esta manera tan clara, no hay otra solución que prepararse para lo peor. Armándose, podrán defenderse a sí mismos y a sus seres queridos. ¿Es esto un llamado a la violencia? Tal vez, a la violencia en defensa propia. 

Puede que el Día de la Venganza Trans haya comenzado como un meme, pero pronto tenga que convertirse en realidad. Así como las organizaciones por los derechos civiles de los afroamericanos tenían lazos con las Panteras Negras, también deben las personas trans de los Estados Unidos organizarse, prevenirse y demostrar ser una fuerza real con la que no meterse.

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