En esta nota, Ulises nos comenta sobre la ciada de al-Assad y una respuesta a: ¿Dónde estaban Rusia e Irán?
El 27 de noviembre, comenzó una ofensiva relámpago liderada por grupos terroristas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) (desarrollar quien es y el grupo) que desató el colapso final del gobierno de Bashar al-Assad. Desde Idlib, el ataque avanzó rápidamente, conquistando ciudades clave como Alepo, Hama y Homs, hasta llegar a las puertas de Damasco. Las fuerzas del gobierno, diezmadas y sin el respaldo necesario de sus aliados, cedieron terreno sin mayor resistencia.
El ejército árabe sirio de al-Assad estaba gravemente debilitado tras la guerra civil del 2011, habiendo perdido aproximadamente la mitad de sus efectivos (de 300.000 a unos 150.000). Su capacidad militar se vio reducida significativamente, mostrando poca resistencia efectiva contra los rebeldes y evacuando posiciones frecuentemente.
Ante estos acontecimientos, Bashar al-Assad huyó de Siria el sábado por la noche, partiendo en un avión privado desde el aeropuerto internacional de Damasco. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó que al-Assad y su familia consiguieron asilo político en Moscú.
Los mercenarios rusos y el asesoramiento iraní
Algunos analistas habían advertido que el destino de al-Assad dependía de sus aliados, cuando ISIS surgió en Siria, el gobierno sirio solicitó formalmente asistencia a Irán. La presencia de Irán en Siria se enmarcó dentro de una función de asesoramiento, lo que significa que el ejército árabe sirio eran quienes luchaban contra los terroristas, mientras que los asesores iraníes los apoyaban.
En ese momento, ISIS avanzaba de tal manera que las fuerzas militares de al-Assad eran bienvenidas por la gente. Este apoyo público, combinado con la presencia del ejército árabe sirio y los esfuerzos de asesoramiento de Irán a pedido oficial de Siria, finalmente detuvieron la amenaza del ISIS. Tras la derrota de ISIS, la presencia asesora de Irán disminuyó naturalmente, ya que el gobierno sirio quería que sus propias fuerzas asumieran toda la responsabilidad de proteger el país.
Mientras que con ayuda del Ejército ruso, el gobernante sirio Bashar al Asad tomó el control de ciudades estratégicas a finales de 2016, tras cuatro años de combates contra rebeldes.
Cuando Vladimir Putin decidió reforzar militarmente a Bashar al Asad en la guerra civil en 2015, desplegó principalmente su fuerza aérea.
Según estimaciones, solo fueron estacionados adicionalmente entre 2.000 y 4.000 soldados. Es probable que esta cifra se haya mantenido más o menos igual; nunca se han facilitado datos oficiales. No obstante, en aquella época, también había allí casi el mismo número de mercenarios, como los del Grupo Wagner.
3-El nuevo gobierno sirio
El golpe fue liderado por la organización HTS, que funcionó como la rama siria de Al Qaeda hasta su ruptura en 2016, el Mando de Operaciones Militares coordinó a los rebeldes, provenientes de distintos grupos, en su combate contra las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, fieles a al-Assad.
Al frente del mando militar encargado de coordinar la heterogenea coalición rebelde, se encuentra Ahmed Al Charaa, fundador del Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda, que luego se transformaría en la HTS.
Ante los acontecimientos el presidente Biden, ha asegurado que el derrocamiento del régimen sirio es “un acto fundamental de justicia”.